24. ESTÁ AHÍ

473 39 3
                                    

Arranco el coche a toda prisa mientras llamo a la central, me responde Susan de inmediato.

—Sigue el coche de Matt —digo con voz ronca.

—De acuerdo —dice firmemente, no se cuestiona el porqué, ya nadie lo hace a estas alturas, no debemos confiar. Al cabo de unos segundos, me vuelve a hablar—. Por la Interestatal 95, Connor.

Giro el volante y me encamino por la carretera que me acaba de decir Susan. Ella sigue en altavoz y la escucho de fondo. — ¿Dónde demonios irá?

Me toco el pelo nervioso, no tenía ni idea, pero algo en mi interior me decía que algo no estaba bien. Sujeto el volante con fuerza, y un grito de frustración sale de mi garganta.

—Susan, manda refuerzos, esto no pinta bien —le digo cuando consigo ver el coche de Matt a unos metro de mí—. Ha frenado para que no lo pierda de vista. ¿Sabes qué significa?

—Quiere que vayas... ¡Joder! Era una trampa —chilla Susan—. ¡Chicos, necesitamos refuerzos para el Agente Connor! ¡Vamos!

Escucho la orden de Susan, pero sin a embargo mi mente está en ese coche, está con ellos dos. ¿Por qué cojones cogería a Marly? Le doy un puñetazo al volante y sin querer hago sonar el claxon. Observo como Matt gira la cabeza hacia la izquierda para poder ver por el retrovisor y verme a mí. Sin saber exactamente lo que quiero hacer, aprieto el acelerador saltándome el límite de velocidad.

—Jake, no hagas eso —dice Susan con una voz demasiado calmada—. Es lo que él quiere que hagas; perder los papeles. Solo síguelo, no está solo en el coche.

De repente mi mente vuelve a recordar a Marly y posiciono el pie en el freno para así volver a reducir la velocidad. ¡Joder, maldita seas Matthew Dicks!

— ¿Crees que él...? —pregunto sin poder acabar la pregunta por el nudo que siento en el estómago y que sube poco a poco solo de pensar en eso.

La respiración de Susan es la única respuesta que obtengo, lo único que hace que no pierda la cabeza es visualizar a Marly en ese coche muerta de miedo. No pueden hacerle lo mismo que han hecho con Abby. Después de 20 minutos conociendo sin saber el destino, Matt gira bruscamente hacia la derecha, lo que provoca que frene de golpe y haga lo mismo que ha hecho él. Salimos por la salida de Norwalk y eso me confunde.

— ¿Por qué cojones estáis en Connecticut, Jake? —pregunta Susan, pero no sé qué responderle, porque no sé qué está haciendo.

Aprieto fuerte el volante cuando veo que él aumenta la velocidad y se me nubla la mente cuando vuelvo a pensar en Marly. Ella no debería de estar ahí. ¡Ella no!

—Jake...sí lo creo —responde Susan quitándome de mi trance y quedándome bloqueado un segundo—. Él ha sido un infiltrado.

Agacho un momento en la cabeza soltando un par de maldiciones por lo bajo y la vuelvo a subir concentrándome de nuevo en la carretera. Otros veinte minutos después llegamos a Bridgeport y él disminuye la velocidad adentrándose en los muelles.

— ¿Qué cojones...? —suelta de repente Jack —Jake, en cuanto frene tienes que seguir mis órdenes. Puede que Abby se encuentre ahí.

Mi cabeza gira de repente hacia el monitor por donde se escucha la voz de Jack. Aprieto aún más fuerte el volante quedándome con los nudillos blancos y cuando levanto la cabeza el coche de Matt no se encuentra a mi vista. Mis cejan se juntan ante la confusión que presento, ¿dónde se ha metido? ¡Mierda!

— ¡Lo he perdido, joder! —grito al coche—. Pero si esperas que me quede quietecito en el puto coche mientras Abby puede estar en cualquier parte de esta puta ciudad estás alucinando.

Amor Robado [#2]Where stories live. Discover now