Capítulo 3: Tod.

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Donde una mañana completamente rara para el canino, al ver todo lo que su amigo conejo hace cuando esta completamente solo lo marco. Así que volviendo a su departamente escalera abajo. Lo único que en su cabeza estaba era en dormir en el sofá. Pero al nada menos de entrar al lugar, aquella puerta se abrió de par en par. Por la culpa de aquel robusto perro quien ladraba.

— Es hora de irnos pequeño. — hablo la chica la cual colocó aquella singular correa al collar del terrier.

Un suspiro grande dio. Ya que unos momentos más tardes y seguro lo habrían dejado solo, así que felizmente este camino un par de minutos hasta estar enfrente del auto. Donde con ayuda de la chica abriendo la puerta.
Ambos perros saltaron adentro sentándose cada uno en su puesto. Max en medio y duke en la ventana.

— Ya es hora. — dijo Max para si mismo.

Así que sin más acomodándose de la mejor manera para así poder disfrutar del viaje, y no sentirse mal y provocarle vomitar, se enrollo pero este se sentía completamente incómodo. Así que viendo a su niño el cual estaba dormido, ya que seguramente no había salido del auto desde que lo recogieron en la escuela.

Así que aprovecho y se recostos entre la piernas del niño, el cual al nada más de cerrar sus ojos este sonrió . Entrando en el hechizo de la bella durmiente el cual lo hizo dormirse sumamente rápido.






POV: Gallardo

Donde en un viejo auto abandona, se encontraba aquel pastor belga. Observando el rebaño, tanto de ovejas como el de vacas, las cuales pastaban feliz y tranquilamente. Así que dando un respiro fuerte este video volvió nuevamente adentro del auto, para recostarse nuevamente . Este se encontraba cansado, había sido una mañana demasiado larga, así que una buena siesta no mataría ni moriría nadie.

Pero el toqueteo de algo sobre su nariz hizo abrir los ojos observando perro de raza mixta quien le miraba.

— Vaya ha era hora de que despertarás. — hablo tranquilo entrando también al auto.

— ¿Que quieres mestizo?. — dijo de manera tosca, por haberle despertado.

— En primera tengo nombre, y en segunda. ¿Ya no puedo saludar a mi vecino?. — dijo en tono suave seguido de una fuerte sonrisa en el rostro.

— Solo dime qué quieres. Quiero dormir.

— Bueno, hace unas noches atrás me prometiste una noche inolvidable.

Hablo el perro rodeando a gallardo, mientras paraba su larga cola por el cuello del otro.

—  Y esa noche nunca ha llegado.

— Sabes que ya no hay nada entre nosotros.

— Eso no es cierto.

— Claro que sí, ahora déjame dormir tuve un largo día.

— Los perros de granja, nunca descansan.

Dijo sin más dejando todos los pequeños coqueteos. Dándose por vencido sentándose un poco alejado del perro así poder verle .

— Eso dices ya que tu dueño te mima demasiado. Nunca te he visto sucio.

— ¿Que clase de suciedad hablas gallardo?.

Hilo Rojo ©Where stories live. Discover now