Consejo.

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Otro día más en la ciudad de Luz el rey de nuevo despertaba de su grato sueño sin embargo sus emociones no estaban de nuevo se sentía como un cascarón vacío era algo tan injusto pero ya no podía hacer nada para arreglarlo sólo solucionarlo por un corto periodo de tiempo, se levantó antes de las seis de la mañana con pocos ánimos abrio las cortinas para detallar perfectamente su ciudad los guardias nocturnos comenzaban a retirarse tras la larga noche de vigilancia pero algo detallo entre los edificios una extraña sombra que jamás había visto se presentaba en la cima de la Iglesia con un semblante misterioso.

-Que hace ese hombre- miro fijamente hasta que noto como aquel individuo se fijó en su persona -Pero que e-esta...- antes de desaparecer aquel intruso miro al monarca con ojos carmín -¡Ahh!-

Encre se asustó nunca en su vida había visto algo así ese grito fue tan fuerte que las sirvientas y su consejero entraron rápidamente a la habitación el chico estaba en el suelo mirando incrédulo y asustado hacia la ventana, Simón ayudó a su señor para levantarlo del suelo y ver si se encontraba bien lo cargo hasta llevarlo a la cama y revisar todo su cuerpo el joven reaccionó al escuchar la voz de las chicas quienes preguntaban si estaban bien, el monarca de inmediato dijo que estaba bien y que necesitaba hablar a solas con su amigo las muchachas de inmediato salieron dejando a los chicos solos.

-Que fue lo que pasó señor se veía muy pálido y asustado-

-Y-yo no lo se Simón, fue muy extraño todo- agarró su cabeza intentando recuperar el aliento.

-A que se refiere- arqueo una ceja mientras cruzaba sus brazos.

-Vi algo en la cima de la Iglesia era algo grande y aterrador.... sus ojos eran carmín y y-yo-

-Mmm... creo que aún estaba soñando señor-

-No Simón yo se lo que vi, se sentía demasiado real-

-Encre acaso...- antes de seguir hablando tomo asiento junto al albino -Sentiste miedo, que yo recuerde aún no tomaste tus emociones-

-...- esa reacción no duró mucho ya que de nuevo la expresión de seriedad se presentó ocasionando un suspiró en Simón.

El consejero sacó de su chaqueta un frasco que portaban muchos colores brillantes, Simón agarró una copa que se encontraba en una mesa sirvió aquel elixir para así dársela al menor de nuevo los ojos de su señor tomaron un hermoso color, Encre como un niño abrazo a su mejor amigo ocasionando que el mayor presentará un rubor azul claro era increíble lo adorable que era pero ya debía olvidar ser de esa forma sin embargo el corazon del joven es puro algo que preocupa al mayor ya que si todo el mundo se entera de su defecto puede que lo usen para destruirlo, luego de unos minutos el rey desayuno junto a las chicas de servicio era algo increíble decían la muchachas sin embargo no duró mucho ya que era hora de dar su paseo matinal por la ciudad.

-Esta listo mi señor, el carruaje espera-

-Claro Simón... oye porque no me acompañas-

-Es que tengo algunos asuntos que atender, no se preocupe estará bien los guardias van a cuidar de usted-

-Bien nos veremos en el almuerzo-

Mencionó con una radiante sonrisa, después de subir al carruaje se acomodó en su asiento para así despedirse de forma cortés, Simón estaba orgulloso de Encre era un muchacho ejemplar sin embargo un suspiró se escucho de su boca habían varias cosas que no podía revelar a su señor era lamentable pero con el tiempo la verdad saldría a la luz... el rey miraba todo lo que llamaba la atención su pueblo era realmente alegre y pintoresco se detuvo en la plaza central para así bajar e interactuar con sus súbditos. Las personas al notar que su rey visitaba la plaza central muchos se acercaron para hablar con su monarca... las horas pasaron Encre se estaba divirtiendo con los hombres, mujeres y niños que habitaban aquel sitio ya sea pintando o jugando con los susodichos ya eran las seis de la tarde el sol seguía alumbrando pero esta vez de una manera tenue con colores naranjas y uno que otro rosa y morado en eso el rey olvido algo muy importante que tenía que hacer al medio día rápidamente se despidió para así irse.

Simón seguía esperando a su señor con un semblante serio y tal vez un poco enojado ya que Encre no asistió a una importante reunión donde se requería puntualidad sin embargo su consejero tenía un As debajo de la manga y eso era mencionar que su señor estaba enfermo, a lo lejos un carruaje de color blanco con marfil se logró percibir hasta que llegó al establo donde el albino bajo algo agitado... pidió mil disculpas por ese descuido pero su consejero no hablo sólo movió su rostro hacia la derecha para no ver el rostro del joven quien entendió el enojo.

-Lo siento mucho Simón es que...- antes de seguir hablando el contrario lo interrumpió colocando un dedo en sus labios luego los acaricio con cuidado sintiendo la suavidad de estos.

-Encre... eso fue algo muy irresponsable, el Consejo de Europa te espero más de dos horas tuve que mencionar una enfermedad por suerte me creyeron- con picardía bajo su mano hasta la cintura para así acercarlo más a su cuerpo.

-...- la mirada de su amigo era distinta no pudo articular palabra alguna por lo sombría que se veía.

-Tranquilo no pasó nada malo pero la próxima vez que lo hagas no tendré compasión alguna... recuerda está es la ciudad de Luz todo debe ser perfecto- colocó sus manos sobre las caderas del joven luego con su mano derecha agarró el mentón del contrario.

-Espera...- de forma dominante beso los labios de su señor logrando tener control de aquel siervo blanco.

-Espero que tomes mi Consejo...-

-Si Simón... no volverá a ocurrir...-

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A la lejanía un hombre alto y esbelto vio toda esa manipulación era increíble como la corrupción crecía en aquel reino...

-Es muy joven para reinar aún no tiene la experiencia... pero veo que es una marioneta- luego de esas palabras desapareció por la oscuridad de los callejones.

El otro reino se estaba acercando desde las sombras.

Dos Reinos -Fallacy x Encre-Where stories live. Discover now