Corrí al patio para buscar a Flor y me di cuenta de que ya no estaba.
Al final del día todos se quedaban en el patio y en la puerta de la escuela charlando, organizando el fin de semana, esperándose para juntarse en alguna casa, hablan y hablan sin parar y terminan yéndose como una hora y media después. Y claro, con quién iba a hablar Flor? Ella era nueva, no conocía a nadie, no había cruzado palabras con nadie salvo conmigo y no tuvo demasiado interés en seguir cruzando palabras ese día. Salió del aula y se esfumó.
Volví a casa caminando y para mi sorpresa vi a mamá hablando con otra mujer en la puerta. "Mirá Shari! Ella es Helena, la vecina nueva! Se mudaron ayer"
-Aah, qué tal? - dije fingiendo interés
-Hola! Vos tenés la edad de Flor, mi hija - dijo.
Mis oídos absorbieron esa frase como las raíces el agua. Me di cuenta en ese momento que era todo lo que necesitaba escuchar. Flor era mi nueva compañera y... mi nueva vecina!?
Mi emoción me sacudió el cuerpo y de impulso y sin saludar entré corriendo a mi casa, subí las escaleras llevándome puesto a mi perro que me miró sin entender, me tiré en mi cama y empecé a saltar, puse música y bailé y canté como una loca.
Cuando me cansé me acosté, respirando profundo y mirando el techo de madera. Me encanta mi techo, le pinté hadas y sirenas. Pinto desde chica, mi abuela me enseñó.
Mientras miraba una de las sirenas caí en que había cantado y bailado como una loca porque me enteré de que habría una posibilidad en mil de que la hija de la vecina fuera la Flor nueva del colegio y me empecé a reír de mi misma. Y si ni siquiera era? "Soy una ridícula" pensé.
Algo malo en tener un nombre común como Flor es que hay muchas Flores. Podría ser cualquier otra.
Cada vez me amigo más con Sharon.
Al día siguiente en la escuela volví a verla. Quise buscarla en redes la noche anterior pero no sabía su apellido.
La vi en el patio, recién llegada, tenía un vaso de café en la mano.
La primavera estaba llegando y ya el frío era recuerdo de hace unas semanas pero Flor tenía un buzo enorme como el día anterior. Esta vez rojo.
Quise acércame pero alguien me saltó encima por detrás. No me asusté porque Nico siempre hace eso.
-Qué hacés Sha?? Me muero de sueño
-Hola amigo! Te sentís mejor?
-Si, nunca estuve enfermo pero no sabía nada para el examen de química. Y esa quién es?
-Flor. Es nueva. Ayer se sentó en tu lugar.
-Sos muy mala amiga.
En eso Flor giró y me vio. La saludé con la mano y me sonrió. Amagó a acercarse pero Nico la miró y creo que la intimidó un poco porque lo vio y se puso un poco seria. Siguió caminando hasta la entrada sin voltearse otra vez.
-Qué ortiva la nueva!
-Sólo es tímida pero es copada. Ya la vas a conocer.
-Todo bien mientras no me reemplaces.
Nico me abrazó, me dio un beso en la cabeza y se fue con otros compañeros.
Nos conocemos desde los 4 años y siempre fue como si fuéramos primos hasta una vez... una noche dos fines de semana atrás... fuimos con Nico a una fiesta y después de tomar un poco me empecé a sentir rara. Lo miré distinto y no sé por qué le pedí que me acompañara a la habitación a buscar mi bolso. Tenía zapatos altos puestos y me caía, Nico me los sacó para que podamos subir la escalera mientras yo me quejaba del olor a cigarrillo que me estaba quedando en el pelo.
Llegamos a la habitación donde todas las chicas habían dejado sus carteras arriba de la cama y nos pusimos a revolver. Revolviendo tambaleamos y muy mareados nos caímos en la cama, estábamos realmente borrachos y nos miramos.
La música se escuchaba desde abajo pero no tan fuerte.
Nuestros ojos se encontraron y reposaron en el otro unos tres minutos seguidos. Acostados, sólo mirándonos y cuando ese tiempo terminó, rompiendo ese silencio casi mágico, Nico hizo su último truco "te quiero" dijo.
En ese momento se me revolvió la panza, se me hizo un nudo, se me abrió una puerta en la mente que nunca había explorado antes.
No pasó nada. Sólo estuvimos muy cerca y sólo un "te quiero".
Al día siguiente en la escuela fue como si nada. Y unas semanas después llegó Flor.
