CAPITULO 10: PECADO ANDANTE

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Después de esa sexual y musical bienvenida (porque Edward había sacado mi lado artístico al cogerme encima de su piano) me fui de voladas a trabajar, no sin antes pasarme a la farmacia otra vez ¿Harán daño tantas pastillas "del día después"? Pero acababa tener mi periodo, eso me daba por lo cinco días de libertad para comerme a mi conserje sin mas remordimiento que ser infiel.

Necesitaba una cita con el ginecólogo de inmediato pero uno que viva al otro lado de la ciudad.

En el trabajo Esme y yo nos dedicamos a recuperar el tiempo perdido, le faltaban recoger algunas fotos así que me ofrecí a hacerlo antes de la hora del almuerzo, recordé que el centro comercial estaba sólo a unas calles así que decidí ir a recoger mi auto personalmente y pagar por la compostura, dudaba que Edward me dejara pagar esa cuenta. No quería que él gastara su dinero en mí. Todavía no le preguntaba porque trabajaba de conserje, era algo que se me olvidó, siendo hijo de Esme no entendía porque tenía un trabajo tan modesto.

Llegué a la mecánica y me sorprendí ver trabajando allí sólo a muchachos de raza nativa, todos muy fuertes y apuestos, parecían sacados de esos calendarios para mujeres necesitadas… lo confieso, alguna vez yo también compré un "sexy calendario" pero mis días de abstinencia habían terminado.

—Hola ¿te puedo ayudar en algo?— un joven alto y muy fornido se acercó a mi. Su sonrisa me dio confianza.

—Si— dije impresionada por esos músculos ¿No tomaría esteroides? –Mi auto está aquí, un amigo lo trajo— dije buscando con la mirada mi audi azul. Cuando lo encontré se lo señalé. —Es ese de allá— su sonrisa decayó.

— ¿El auto de Cullen?— dijo mirándome, no parecía tan a gusto ahora. ¿Tendrá algún problema con Edward?

—Es mi auto, pero sí, Edward Cullen me hizo el favor de traerlo porque yo estaba de viaje.

— ¿Entonces… eres Isabella?— preguntó sonriendo nuevamente. La sonrisa le sentaba, parecía casi un muchacho cuando estaba contento.

—Si ¿Eres amigo de Edward?— le sonreí.

— ¿Amigo?— rió de manera relajada —No. Él es amigo de Sam, mi primo. Voy a fijarme en la tarjeta de propiedad del vehículo está en la oficina para confirmar. ¿Vienes a llevártelo?— me mostró sus blancos dientes.

—Si ¿Ya está listo?— le pregunté interesada.

—Perfectamente, era algo pequeño, nada complicado. Puedes llevártelo, espera que le diga a Sam— me señaló la oficina, lo seguí. Era un lugar más fresco y me sentí mejor.

— ¿Cuánto es lo que debo?— pregunté.

—Acá dice que Cullen cubrirá el importe, Sam no contesta el celular. No sé que hacer— dijo encogiéndose de hombros.

—Pero yo quiero pagar la compostura— le dije haciendo un puchero involuntario a lo que él soltó una carcajada, era agradable verlo reír.

—Entonces págalo y ya le diré a Sam. Por cierto soy Jake— dijo tendiéndome la mano.

—Gracias Jake— dije estrechándosela, su saludo fue jovial y lleno de energía.

Después de darme el recibo me acompañó al vehículo.

—Fue un gusto Isabella— dijo.

—Solo Bella por favor— corregí.

—Bueno "solo Bella", cuando necesites algo ya sabes— me alcanzó una tarjeta que sacó de su billetera. —Es por si tienes algún problema, tenemos servicio de grúas, de alquiler de vehículos y de emergencias mecánicas. El último celular es el mío— dijo sonriendo orgulloso.

El Conserje -Terminado-Where stories live. Discover now