i can't live with you

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Treinta de junio de 1998

Joe se despertó asustado. Miró el reloj en su mesa de luz. '03:42 a.m'. Maldita pesadilla. 

No era la primera vez que soñaba con ella. No quiere pensar ni en su nombre, pero es inevitable. Su inconsciente la trae, noche por medio, le muestra todo lo que fue, todo lo que fueron juntos.

 'Para la psicología, los sueños son estímulos esencialmente anímicos que representan manifestaciones de fuerzas psíquicas que durante la vigilia se hallan impedidas de desplegarse libremente.'

Diariamente, Joe intenta bloquear ese recuerdo, pero sale a flote. Sueña que juegan, sueña en la última noche que pasaron juntos, sueña con los dinosaurios, sueña con muchas bailarinas que lo rodean. Pero ese día fue diferente. Soñó que algo malo le pasaba, que algo le estaba pasando. Fue tan vívido y real que le provocó un gran sentimiento de angustia en su pecho. En el sueño ella estaba luchando contra una especie de monstruos. Estos monstruos usaban zapatos de ballet y eran miles, millones. ¿Cómo un sueño tan fantasioso puede ser tan real al mismo tiempo? 

Como un acto inconsciente, se paró a buscar una caja. La caja era mediana, con una tapa que decía 'Jojo y Beth'. Sopló la tierra que tenía la tapa y la abrió, lentamente, con vergüenza y miedo. Como si estuviera tocando algo que no es suyo. Lo primero que vió fue una carta que Elizabeth le escribió, una de las primeras. Tocó el sobre, paso sus dedos por la estampilla del mapa de Argentina, y, como si alguien lo estuviera por descubrir, cerró con rapidez la caja. 

Se sentó en el escritorio, corrió su libreto y tiró la ropa sucia que estaba sobre él en el piso, y encendió la pequeña lámpara que estaba sobre el escritorio. 

'No, no tengo que hacer esto. ¿Otra más? Jamás las va a leer. Joe, no le importas.'

Dubitativo, se quedó mirando a un punto fijo. Luego de cinco minutos, sólo escribió 'PERDÓN' en una hoja, y volvió a su cama. Mañana (técnicamente hoy) sería un día largo. Comenzaría el rodaje de su nueva película. 

'Vamos, Joe, debes enfocarte en otra cosa.'

Su padre llevó a su hermano John y a él al set de la película. Ambos formaban parte, aunque con distintos roles en la película. Para Joe, actuar era uno de sus pocos cables a tierra, el único que le quedaba. Pero el primer día de rodaje, no pudo ocultar su seriedad. Ese no fue su día, tuvo muchos errores, pero el director tuvo paciencia ya que 'es un niño, no hay problema, otro día saldrá.'.

Al final del día de rodaje, su hermano John se acercó a él

-Joejoe, ¿qué está pasando? Hace un largo tiempo estas así de ¿triste? Yo pensé que era porque no estabas actuando, pero aquí estamos.

-Nada, John. Estoy bien.

-No pareces muy seguro. Además, sé que no te equivocarías en tantas escenas y diálogos. Joseph, no tengas miedo en decirme qué pasa.

-Es tan obvio...-dijo Joe mirando al suelo y haciendo un ritmo con sus pies.

-Explícate, por favor. Quiero ayudarte.

-Elizabeth.

-¿Qué? ¿Qué paso con ella?

-La extraño. 

-Creo que en determinado punto todos la extrañamos.

-No, tú solo extrañas a Tomás, ya que podías jugar al GameBoy con alguien de tu nivel. -Joe le hizo una burla a su hermano.

-No lo voy a afirmar ni negar. -John hizo un gesto con ambas manos, como diciendo 'yo no sé'.- Bueno, debido a mi poco conocimiento en amistades, voy a tratar de darte el mejor consejo del mundo...  Elizabeth fue una muy buena amiga...

-No hables en pasado.

-Pero es lo que es, ya no está. Joe, yo sé que la quieres, y seguramente ella también, pero tienes que seguir adelante. Buscar nuevas amistades, abrirte. Mira, el otro día una chica me preguntó por tí. Se veía amable. -Joe lo miró con desconcierto.- Me dijo que iba al décimo grado, y se llama Alison. Yo creo que harían una linda amistad.

-Creo que, por primera vez, hermanito, tienes razón.


Veinte de octubre de 1998


Joe y Alison estaban en una de sus cuantas salidas, esta vez al salón de videojuegos. Joe le había hecho caso a su hermano John, y estaba intentando rehacer su vida de a poco. Su nueva ¿amiga? ¿ya novia? ¿compañera? no sabía nada sobre Elizabeth, y Joe estaba haciendo hasta lo imposible para que así continúe. 

En un impulso, meses atrás, le dedicó toda una tarde a guardar cada rastro de su vieja amiga que estaba rondando por su casa. Metió cada foto, carta o regalo dentro de una caja y la llevó al sótano. Le pidió a cada integrante de su familia que no mencione a Elizabeth cuando está Alison en la casa, y trató de esconder todo lo relacionado a Argentina que estaba en la casa: llaveros, comida, souvenirs, etcétera. 

Lentamente, Joe comenzó a olvidarse de Elizabeth, o eso creía. Alison lo entendía en muchos aspectos, se llevaban bien, ambos se confiaban (casi) todo, se divertían juntos; Joe no necesitaba nada más, al menos intentaba convencerse de eso. 

Recibió la carta que ella le escribió, pero decidió no responder. Su hermano John comenzó a ser una persona muy importante para él, sin su apoyo no podría haber seguido adelante. 

De ambos, Joe era quien más herido estaba. Él se forzaba a querer a Alison, parecía buena chica, pero cuando la besaba solo podía pensar en Elizabeth, y en aquella noche.


Doce de mayo de 1999

Mc Donald's. 20:12 p.m. Joe y Alison entran de la mano, en lo que sería una salida romántica para dos adolescentes de 16 años, para celebrar cinco meses de relación. Se los notaba muy enamorados, jugando a tirarse papas fritas en la cara del otro. 

-Joe...

-¿Sí?

-Te quiero, ¿lo sabías?

-Yo más. 

Esa fue una de las noches más lindas para los dos chicos. Hicieron una especie de 'competencia' de ver quién comía más Big Mac, y para sorpresa del chico, Alison comió cinco de estas. 

-Ahora tienes que darme un premio. 

-¿Qué premio? No habíamos pactado un premio... -respondió Joe, mientras ponía los ojos en blanco.

-Quiero diez McFlurrys. -dijo Alison con un tono de seriedad que sorprendió a su novio.

-¿Y si te doy diez besos?

-¿Sólo diez? Me vale. Pero tengo que darte yo el premio consuelo.

Finalmente, Joe comenzó a olvidarse realmente de Elizabeth. O a guardar todos sus recuerdos en su inconsciente. Ahora, Elizabeth sólo existía en sus sueños, que solo él conocía.




a los sitios donde fue felíz (joe mazzello)Where stories live. Discover now