VEINTITRES

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Mini maratón 1/2

|To live|

Eso fue incomodo, la pequeña discusión que tuvieron las dos Hargreeves termino y empezó una con el resto, donde cada quien decidió hacer distintas cosas en vez de salvar el mundo.
Le doy una mirada de pena al rubio antes de seguir a los dos chicos.

—Hey, hey, hey.- lo detengo estirando de su brazo- ¿Como que vas a ir a matarlos?

—Te lastimaron, voy a vengarte.- exclama dando media vuelta para sujetar mi rostro

—Estoy bien.- murmuro viendo cómo Klaus sube corriendo las escaleras- Solo tenemos tres días, Diego, quiero vivir lo que no viviré.

—¿Qué quieres decir?- levanta sus cejas confundido- Solo me tomará un día matarlos.

—Quiero ir a la playa o a las Cataratas del Niagara...o a Disneylandia, no lo sé, nunca he salido de esta estupida ciudad.- susurro con tristeza- Solo te estoy pidiendo tres días, deja la venganza y vamos.

—Alice, lastimaron a la persona que más amo, no me importa si no llegaron a matarte, los matare.- suspira y junta nuestras frentes- Después iremos a donde quieras.

—No, me quiero ir ahora.- resopla molesto- Me iré con Klaus, contigo o sin ti.

Ignoro sus llamadas y camino con prisa a la habitación de mi hermano, entro sin tocar, veo su trasero y la mitad de su cuerpo debajo de su cama.

—¿Qué haces?- se sobresalta y escucho como golpea su cabeza, rio- ¿Estas bien?

—No, la ansiedad me está consumiendo.- sale con una cuerda azul en sus manos- Quiero estar sobrio, te presentaré a Dave.

—Klaus, quiero irme de aquí.- me dejo caer en su cama- Tenemos que disfrutar los últimos tres días de vida.

—Si, si, pero después de que me amarres a una silla.- me avienta el objeto a la cara- Vamos, en el ático.

—No lo haré.- hablo pero igual lo sigo- Tienes que tener fuerza de voluntad, mírame, yo estoy bien.

—Bien medicada, te tomas esas deliciosas pastillas y puf adiós dolor.- mueve sus manos- Solo átame, la única vez que estuve sobrio fue es momento que esos dementes nos ataron.

—Wow, si que estás bien enfermito.- el moreno se incluye en la conversación- Hay otras formas de desintoxicarse.

—No te preguntamos.- le digo con una sonrisa cínica

—Para mi no.-le contesta subiendo las escaleras plegables- Necesito que me quiten todas mis opciones.

En medio de la habitación ya hay una silla, esperando el flacucho trasero del ojiazul.

—Odio este lugar.- doy un pequeño salto, pensé que ya no nos seguía- Nena, vamos a hablar, nos iremos a donde quieras.

—Yo quiero ir a Paris.- informa el vidente sentándose y extendiendo sus manos- La ciudad del amor.

—No creo que tengamos presupuesto para eso.- rio, amarro sus manos con fuerza- Podemos ir a las Vegas.

Empiezo a rodear su cuerpo con la cuerda.

—¡Si, y que a ti y a Diego los case un Elvis!- el nombrado me quita la soga- Más fuerte.- obedece y suelta un quejido- Si, si, si.

—Bien, pero si veo que se te para, me largo.- suelto una estruendosa carcajada- Es el fin del mundo y tú quieres ponerte sobrio.

—¿Entonces puedo drogarme hasta desmayarme?- cuestiono mientras camino hacia la cabeza de venado

—¡No, claro que no!- bufo divertida- Solo digo, que pensé que se fumaría hasta el pasto.

—Te juro que esa idea se me cruzó por la cabeza.- pico el ojo del animal muerto- Pero necesito hacer algo y por desgracia si no estoy sobrio no funciona.

—¿Invocaras a esa chica que perdiste?- Cuatro asiente con la cabeza-¿Como se llamaba?

—Él se llamaba Dave.- hago una mueca escuchándolo- Servimos juntos en el valle de a Shau, la llamaban la colina de la bestia.

—Debió haber sido una persona muy especial.- dice Diego terminando de atar sus pies- Para soportar tus locuras.

Klaus le cuenta un poco más sobre él y la guerra, mientras yo intento arreglar el ojo que le rompí al pobre vendo.

—Míranos, compartiendo algo de tiempo de cuñahermanos antes del fin del mundo.- dice con gracia

—No uses esa palabra, es ridícula.- se queja palmeando el hombro de su/ mi hermano

—Ay no.-finalmente dejo la estatua- Quiero ir al baño.

Vuelvo a reír fuertemente al ver como mi pareja lo desata con molestia, Klaus corre fuera de la habitación.

—¿Nos iremos a donde quiera?- lo cuestiono rompiendo el silencio- ¿O solo lo dices para que vuelva a estar a tus pies?

Aún no estábamos completamente bien, en nuestra relación, no terminamos pero aún estaba molesta con él.

—Alice, sé que he sido un imbecil, pero solo lo hago porque me preocupas.- su mano derecha va hacia mi cintura y la otra a mi mejilla- Nunca te lo he dicho y lo siento, pero te amo, eres lo más importante que me queda y no soportaría perderte.

Lo veo sorprendida, casi nunca sacaba su lado cursi. Sus labios aprisionan los míos, en un beso lento y tierno.

—Tengo que hacer que me disparen más seguido- suelto con burla

—No, por favor.- ríe y deja un pequeño beso en mis labios- Sentí que todo se derrumba de solo verte así, en el suelo y...

—Sigan con lo suyo, yo estaré por...aquí.- el pelinegro nos sonríe con ternura- En serio, sigan.

—Solo por interrumpirnos te ataré más fuerte.-lo amenaza separando nuestras anatomías-

Lo comienza a amarrar de nuevo, me siento en una de las sillas esperando.

—No, no, creo que fue una mala idea.- se levanta temblando- Solamente necesito una última dosis para que sea más fácil.

—Si y yo necesito un helado para que el hoyo de mi cuello desaparezca.- mi voz sale repleta de sarcasmo

—Siéntete.- demanda frente a él, forcejean un poco hasta que el drogadicto es golpeado en el estómago- Siéntate ahí, siéntate.

Me levanto y sostengo por los hombros al hombre, empujándolo hacia abajo.

—¡Maldicion, suéltenme!- se mueve como gusano-Alice, por favor, hermanita, tú me entiendes.

—No intentes manipularla.-termina el nudo y le entrega un bote- Esto es para lo que necesites, vomitar o miar.

—Multiusos.- le digo con una sonrisa.

UNPREDICTABLE  |Diego Hargreeves|Where stories live. Discover now