PARTE UNO

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Peter Parker, un adolescente de 17 años, cabello castaño, ojos marrones y atractivo para el género femenino. Podría ser un chico totalmente normal, si no fuera por un pequeño detalle: estaba médicamente diagnosticado con trastorno del espectro autista.

Aunque para cualquier persona Peter puede ser fácilmente un adolescente normal, él piensa todo lo contrario. Su situación le impide comunicarse con personas desconocidas sin sentir angustia, no le gustaba salir de su casa a no ser que sea estrictamente necesario; como para ir a la secundaria por ejemplo, y se le dificultaba comenzar o mantener una simple conversación.

— ¡Peter, cariño! — su tía May gritó desde la cocina — ven a desayunar.

En completo silencio, y al igual que siempre, el muchacho salió de su habitación con su ropa del día y ya bañado, se sentó en su lugar de siempre y comió lo que su tía le había servido.

— ¿Quieres más jugo? — preguntó la mujer, mostrándole la botella.

Él negó con la cabeza.

— hoy tengo doble turno, llegaré tarde ¿Puedes quedarte solo? — su semblante de preocupación se hizo presente en su rostro.

Él solo asintió.

— está bien — suspiró — no me gusta dejarte solo durante mucho tiempo. La señora Finnick sabe que estarás solo, si tienes algún problema habla con ella y sabes que siempre puedes llamarme a mi ¿Cierto?

Volvió a asentir.

— ok, me quedo más tranquila con eso. Tengo que irme, adiós — se despidió de su sobrino con un tierno beso en la frente.

Su tía tenía pleno conocimiento de que mientras menos palabras emitiera el muchacho más cómodo se sentía, por lo cual siempre trataba de hacerle preguntas que no llevaran como respuesta algo más allá de un sí o un no, palabras que el prefería remplazar con gestos, para evitar que él se sintiera presionado.

Luego de observar como su tía se marchaba, levantó las cosas que había usado de la mesa y volvió a su habitación, en donde su mascota lo esperaba. Allí transcurrió gran parte de su día, hasta la hora del almuerzo.

Maldijo mentalmente cuando notó que su tía May aún no hacía las compras del mes y no tenían nada para comer. Corrió a su habitación y de sus ahorros sacó dinero suficiente para comprar algunas cosas, se preparó mentalmente para lo que iba a hacer; ver y estar rodeado de personas era un plan que le disgustaba completamente.

Caminaba ansioso, evitando a toda costa el contacto con cualquier otro ser humano que él no conociera y le generara alguna incomodidad. Realizando su objetivo con éxito se adentró en el supermercado más cercano que encontró y comenzó su recorrido para comprar lo que necesitaba.

Luego de aproximadamente treinta minutos, ya había recolectado todo lo que necesitaba así que se dirigió a una de las cajas a pagar por su compra. Estando en la fila observó a las personas que estaban frente a él, a su lado y por detrás; pero su vista se detuvo por completo en la cajera que estaba por atenderlo... era preciosa.

— hola, muy buenas tardes — saludo la morena que estaba encargada de registrar sus productos.

Peter solo le sonrió incómodo y puso todo lo que quería comprar en la banda que se deslizaba para que la cajera le cobrara.

— son $15.95 — dijo con una sonrisa radiante.

La cajera: de pelo rizado, piel morena, rostro totalmente adorable y de su edad aproximadamente; lo miraba expectante a la espera del dinero. Se había quedado embobado mirándola.

Trastorno Del Espectro Autista [Peter & Michelle]Where stories live. Discover now