Capítulo 19 [Especial]

2.3K 148 13
                                    

Portada: Jeremy, hermano de Julie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Portada: Jeremy, hermano de Julie...¿Así lo imaginabas?...por cierto, ¿de quién más desean foto? 

*La pulsera*

[capítulo especial]

HACE 14 AÑOS...

Caí al suelo sobre mi trasero mientras que risas y dedos me apuntaban como el centro de atención. Me apresuré a ponerme mis zapatos y cubrir las magulladura de mis medias viejas, pero ya era muy tarde para que nadie las viera.

—Rara—sentenció el cumpleañero, después de empujarme—. Ni si quiera puedes comprar medias nuevas desde que despidieron a tu papá. Seguro tu regalo lo sacaste de un bote de basura.

Me molestó tanto que, mientras los otros niños se burlaban de mí, yo me levanté y me lancé encima de él como una fiera, atacándolo con todas mis fuerzas. El cumpleañero pidió a gritos que me quitaran de encima y no fue hasta que un adulto llegó a su rescate que los niños que consideraba mis amigos me señalaron para echarme toda la culpa como si ellos no me hubiesen provocado con sus comentarios hirientes.

—¡Ven acá! —me separó la mamá del cumpleañero y miró a su hijo con espanto. Tenía todo su cabello enmarañado por mis golpes y la camiseta nueva llena de manchones y uno que otro hueco— ¡Ramoncito! ¡¿Mi amor estás bien?!

Se echó a llorar el muy hipócrita y me señaló asustado.

—¡Él empezó!—me defendí, pero la señora me miró como si fuera un monstruo.

—Será mejor que vayas a tu casa antes que yo misma te de una lección, plebeya inmunda.

Bien. De todos modos no pensaba seguir en esta fiesta llena de mimados.

Lo niños eran de la tercera escuela a la que me cambiaban mis padres por todos lo problemas que causaba, pero es que detestaba como me trataban al enterarse de mi situación. Cosa que era inevitable porque tarde o temprano mis padres empezaban a tener problemas para pagar la mensualidad y los padres terminaban enterándose. Estábamos pasando de ser burgueses a convertirnos en plebeyos.

Lo peor era que pese a todos los niños que había conocido en diferentes escuelas, ni así había logrado hacer algún amigo. Ahora mi padre empezó a pintar casas y mi mamá a hacer trabajo doméstico para pagar las deudas y nos habíamos vuelto invisibles al ojo público, como si olvidar que existimos fuera nuestro lugar.

Sin ganas de llegar a mi casa con la mala noticia, me quedé acostada en una banca bajo la sombra de un árbol y me concentré en disfrutar de las hojas amarillas que caían lentamente y los rayos de luz que atravesaban sus ramas; algunos formando interesantes aces de colores. Me quedé tanto tiempo ahí tendida, concentrada del suave movimiento de la copa del árbol por la refrescante brisa, que me quedé dormida por no sé cuanto tiempo hasta que

PLEBEYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora