Peces

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Los ríos afloran en cualquier lugar de la casa, basta imaginarlos para que el agua cristalina empiece a brotar de la tierra.

Lentamente van llenándose las habitaciones, primero se te cubren los talones, luego las rodillas y en pocos minutos empiezas a flotar. Entonces, puedes ver peces coloridos, que se mueven con gracia y agitan sus delicadas aletas, similares a un velo que danza con el ritmo del viento.

Y nadas y te reconfortas, y no te preguntas a qué hora va a escaparse el agua por las ventanas y las puertas... Flotas y avanzas, flotas y respiras, flotas y sigues la trayectoria de los graciosos peces.

¿¡Qué pensarán los peces que nos ven flotando, cubiertos de ropa y sacando la cabeza cada tanto para poder respirar!?

No lo sé, pero me gusta pensar que se ríen de nosotros...

MigrarWhere stories live. Discover now