Halo: Bienvenido A Overwatch

La Valkiria y el Espartano

Perspectiva de la  Doctora Angela Ziegler.

Desde la llamada alarmante de Winston, no he podido dormir muy bien que digamos, hace dos días que me dijo que iban a estar en la Guarida y no me a contactado.

Iré a ver qué a sucedido, tal vez sea algo interesante ver “el porque” realizar una misión.

Fin de la perspectiva.

En la guarida de Overwatch en Zurich se encontraban Tracer y Genji entrenaban, Winston monitoreada y Brigitte observaba la pelea, se entretenían mientras se calman las cosas.

Lo que sucedió cuando llegaron unos guardias de seguridad los detectaron al llegar a la base de la NASA, una persecución los llevo a esta guarida, por suerte el abastecimiento del lugar estaba estable y no se tenían que preocupar por si les faltaba alimento, además se querían sacar un poco de la cabeza de que existe otro universo y que tiene a un tipo que no es de su universo dentro de las instalaciones.

De hecho hablando de él, se encontraba en unas de las habitaciones desocupadas del complejo, él estaba analizando toda la información del accidente, estaba analizando todo lo que había pasado en las últimas horas, era extraño saber que la INFINITY fuera destruida por Cortana, estaba un poco mal, a pesar de todo trato de hacerla “recapacitar” pero nada de eso funciono, era obvio, estaba parado aquí, tal vez existan posibilidades de regresar a su universo pero por ahora tendría que ayudar en lo que pudiera como se lo pidió Winston.

Al día siguiente el Spartan-II estaba recorriendo las instalaciones, no tenía otra cosa más que hacer y los demás estaban desayunando, él no lo ocupaba ya que su nivel de nutrientes estaba estable, miraba entre lo que eran laboratorios químicos, habitaciones con nombres específicos, se sentía extraño de saber que estás en la tierra pero en verdad estás en un mundo totalmente diferente, pero ahora tendría que acostumbrarse.

- ¡¿Quién eres tú?! - Escucho el y al voltear pudo ver a una mujer con cabello rubio recogido, tenía una bata blanca, ropa elegante abajo de la misma, ella lo estaba apuntando lo con una pistola.

Minutos antes, con la Doctora Angela

Ella llegaba en su automóvil a lo que era una choza a más afueras de la ciudad, en realidad era la fachada de la entrada a la guarida, para entrar se tenía que entrar a la casa, encontrar el panel que habría la puerta e introducir la contraseña que abría la instalación y escanear la retina de ambos ojos.

Ella hizo todo y un elevador aparece en medio de la sala comedor, Angela entro al elevador y presiono el botón que la llevaría a la guarida, era extraño tener que esconderse si eran los más grandes héroes que el mundo pudo conocer, bueno la gente cree que están bien sin ellos así que no importaba, cuando el mundo los necesiten ellos estarán allí sin importar que les digan o que traten de arrestarlos y exiliar a cada uno ellos harán lo que es correcto.

El elevador por fin llegó a dentro de la base, a decir verdad ese si que estaba profundo, ella se dirigía a la sala de entrenamiento pues sabía que ellos estarían ahí como siempre lo hacían a esta ahora, después de años de estar juntos sabía la rutina de cada uno.

Pero el sonido del metal chocando contra el suelo la desconscentro de su camino, eran como pisadas, no eran las de Genji, estás eran más fuertes, profundas y con presencia, camino unos pocos pasos más y encontró a un hombre de gran estatura, un traje verde militar y un visor naranja ámbar cuarteado pasear por los pasillos de la base, con sigilo y con rapidez entro a su habitación, busco entre las cosas que tenía ahí encontrándose con su pistola de mano, la recargo y se puso detrás de él manteniendo un espacio entre ellos.