1.

574 78 40
                                    

Era abril 22 del año 1971 cuando Hashibara Inosuke nació en un pequeño poblado japonés, él y su madre rodeados de un pequeño grupo de gente, sin estudios médicos con lo qué poder sustentarse, que la habían asistido durante el parto. "¡Es un niño!", Kotoha recuerda haber escuchado a alguien festejar y luego un llanto se hizo presente, le pusieron al bebé entre los brazos y ella, sin saber exactamente qué estaba haciendo, empezó a arrullarlo hasta que cayó dormido. Antes de que ella misma fuera presa del sueño, ya sabía qué nombre iba a darle.

Inosuke creció sin un padre, sin amigos; la única persona que sabía que podía confiar era su madre.

Kotoha amaba a Insouke con todo lo que su corazón podía amar, como se supone que una madre debería, pero incluso ella, que no sabía contar ni leer, mucho menos restar o sumar, sabía que simplemente amarlo no era suficiente.

El padre biológico de Inosuke huyó tan pronto el vientre de Kotoha comenzó a crecer. Él le había jurado que podría dejar su vida en la ciudad por ella, que podrían formar una familia ahí, en el pueblo y que serían felices siempre y ella, tan ingenua, le creyó. Así eran los hombres de ciudad: tomaban lo que querían y se iban cuando ya no había sobras qué tirarle a los perros; debió haberlo supuesto, pero ya no había nada que ella pudiera ser. Así que crió a Inosuke sola, como pudo.

No había mucho niños en el poblado, solo gente mayor, adultos y niños muy, muy pequeños, y el único de su edad le caía terrible, por lo que Inosuke no tenía nadie con qué jugar. Por supuesto, Kotoha se hacía espacios de vez en cuando para jugar con él, para cantarle canciones de cuna y contarle historias, pero tan pronto Inosuke pudo caminar por sí mismo comenzó a pasar sus días en el bosque colindante al pueblo. ¡Qué sustos le daba a Kotoha! Inosuke se iba, por horas y sin decir nada, regresando con el cuerpo todo raspado y la cara llena de tierra, contándole que el jefe de la manada de jabalíes le había dado la mano, ¡la mano!

Así creció Inosuke, entre una naturaleza virgen y una madre preocupada. No importaba cuanto le insistiera Kotoha para que se quedara en casa, Inosuke se las arregla para escabullirse y pasar el día entero en el bosque, al punto en el que Kotoha solo lo veía  a la hora de comer y algunas veces ni siquiera para eso. Con el paso del tiempo Inosuke comenzó a adoptar hábitos extraños. Kotoha a veces lo veía intentar caminar a cuatro "patas" y al principio era divertido ver cómo intentaba mantenerse firme aún cuando su anatomía no le permitía caminar de esa manera, e incluso llegó a pensar que Inosuke lo hacía para hacerla reír, pero luego se dio cuenta de que no, que iba totalmente en serio y entonces dejó de ser gracioso. Inosuke insistía en que los jabalíes lo habían reclamado como parte de ellos y que debía de estar a la altura, jugaba tan violentamente con los pocos juguetes que tenía que los destrozaba y le costaba formar oraciones coherentemente.

Kotoha, cuando Inosuke tenía siete años, tomó una decisión: Se irían a la ciudad. Lo decidió así, de repente, casi por mero instinto como todo lo que hacía desde que Inosuke había nacido.

Ahí su hijo podría conocer gente nueva, tener amigos y convivir, tener la educación que ella nunca tuvo y ser mucho más feliz de lo que podría ser en el bosque, con animales salvajes como únicos amigos- o familia, como el solía llamarles. Inosuke nunca lloraba, no era un niño caprichoso, pero el día que se fueron hizo un berrinche que lo dejó afónico durante casi una semana entera después. A Kotoha se le partió el corazón, pero sabía que era lo mejor para futuro.

Ahi, en la ciudad, Kotoha lo inscribió en una primaria y ella consiguió un trabajo de tiempo completo para poder costear la renta y demás gastos, pues prácticamente se mudaron a ciegas, sin saber absolutamente nada acerca de la ciudad ni haber planeado en dónde quedarse. 

El primer año de Inosuke fue duro. No aprendió a leer, mucho menos a escribir y Kotoha no era de gran ayuda pues ni ella misma sabía cómo hacerlo. Inosuke pasó a segundo año de primaria simplemente porque era eso, una primaria y los directivos tenían fe de que el niño todavía tenía tiempo de aprender. Su conducta, sin embargo, no era algo a lo que le tenían fe. Era un desastre, Kotoha fue citada por primera vez durante la primera semana de primer año y la maestra encargada de su grupo le dijo que Inosuke tenía problemas.

AdaptaciónWhere stories live. Discover now