Capítulo 4

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-Te esperaba Eli- dijo Zack, mientras me pasaba un vaso lleno de cerveza- Has tardado mucho.

Zack estaba un poco pasado de trago, pero no era solo por la cerveza, también tenía los ojos rojos, y olor a marihuana.

-Lo bueno siempre tarda- dije mientras le recibía el vaso y daba un pequeño trago a la bebida amarga.

Zack sonrió y puso su mano en mi cadera.

-Estas hermosa hoy- me gritó sobre la música.

Rodé los ojos, siempre estaba hermosa. Me acerqué a su oído y no tuve la necesidad de empinarme gracias a mis tacones.

-Vamos a un lugar más privado- le susurré.

Zack se separó de mí, se sirvió un vaso de cerveza y se lo tomó en menos de 10 segundos.

Tomé su mano, y lo lleve de camino hacia su cuarto, había ido algunas veces a su casa cuando salíamos y tenía un leve recuerdo de como llegar a su habitación. Logramos llegar al final del pasillo sorteando a un mar de gente y de miradas, seguido de un grito de ánimo de los jugadores de baloncesto, éramos la pareja ideal, por fin los capitanes de los equipos de baloncesto juntos.

Al cerrar la puerta el ruido de la música disminuyó, era lo suficientemente bajo para que pudiéramos hablar sin gritar, si tan solo fuéramos a hablar...

Zack se tiró en su cama contento y empezó a quitarse la camisa que llevaba puesta con poco éxito, parecía un niño pequeño que necesitaba ayuda con los botones de su camisa.

Aproveche el momento y envié un mensaje a divas.

Eli: Ya lo tengo

Guarde el teléfono en mi pequeño bolso y me preparé.

Puse mis manos en las caderas y espere a llamar la atención de Zack, cuando la conseguí deje caer el pequeño bolso al suelo.

Baje el cierre de mi falda y deje que se deslizara por mis piernas para revelar mi ropa interior de encaje color negro, Zack me miraba con lo ojos abiertos y la boca entreabierta, era un momento que debía de guardar junto a los demás, por qué siempre quedaban impresionados con unos calzones.

Mi plan era caminar hacia él de forma sexy, pero Zack no era un sumiso borracho, así que se levantó de la cama antes de que pudiera empezar mi marcha, y con sus largas piernas llegó hasta mí rápido.

Cuando llegó a mí me tomó de la cintura con una mano y con la otra bajó el cierre del top que llevaba puesto.

Se acercó a mí cuello y dejó un suave beso, como es que no era capaz de quitarse su propia camisa pero sí podía quitarme la mía.

Suspiré y recordé el plan, no era momento de divertirse, Zack debía estar al menos sin algo de ropa.

Le puse la mano en el pecho y negué con la cabeza cuando se separó de mí, termine de quitarme el top para revelar mi sostén.

Zack no dejaba de mirarme como si fuera su comida preferida, así que empecé a desabrochar su camisa.

-Hueles bien- susurró risueño cuando terminé.

-Ojala pudiera decir lo mismo- le susurré pero me ignoró.

-No voy a esperar más- me dijo para abalanzarse sobre mí.

Empezó a besarme de forma violenta, apretó mis glúteos y luego bajo sus manos para cargarme, no creía que fuera buena idea dejar que un chico borracho me cargará, pero funcionó bien, me llevo a la cama sin dejar de besarme, mientras iba sintiendo como su entrepierna empezaba a ponerse dura.

El poder del karmaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt