❝━¡Suéltame!❞.
❝━Maldita sea, estoy tratando de ayudarte❞.
╰⌲... Donde Jimin sufre bullying en el colegio y YoonGi es el matón más temido de la escuela que secretamente quedó cautivado por ese lindo rubio desde que cruzó por las puertas del ins...
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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪𝓭𝓸𝓻 𝓸𝓶𝓷𝓲𝓼𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮
Jimin, de ahora dieciocho años, esperaba tranquilamente en los asientos del aeropuerto a que llegara YoonGi.
Debido a que Min tenía la iniciativa en cuanto a temas de salir y pasar tiempo juntos, el pelirosa decidió hacer algo lindo por él esta vez.
Minutos antes de que llegara el avión donde se suponía y esperaba que viniera su hyung, compró un café americano para él, su favorito según le había dicho; y para sí mismo compró un chocolate caliente.
Sentado, balanceaba sus pies de forma tierna ya que no alcanzaba a tocar el piso con ellos debido a su baja estatura, pero YoonGi le había dicho que lo hacia ver muy bonito.
La persona que anunciaba el despliegue o aterrizaje de los aviones habló y, guiado por los datos le había dado JungKook, supo que el de su hyung había llegado.
Jeon era el cómplice del pequeño detalle que el pelirosa planeó, inclusive se notaba aún más emocionado que Jimin. Estaba feliz por su hermano, porque sabía que Park lo hacía feliz a él. Entre ellos no se demostraban mucho afecto, pero se querían más de lo que pensaban.
Después de algunos minutos pudo divisar al mayor, con unos auriculares puestos y su usual ropa negra.
Ahh, YoonGi, siempre tan guapo.
Caminó hasta él tratando de llamar su atención en el proceso, lo cual logró, pues era imposible incluso para las personas alrededor, ignorar la belleza del pequeño con mejillas abultadas.
Nunca se hubiera imaginado que Jimin estaría ahí, esperándolo tan radiante. Después de todo lo que había sucedido en Daegu y los viajes, terminó muy estresado; por eso el ver a Jimin le trajo una sensación de sosiego puro.
El pelinegro sonrió y saludó cariñosamente a Jimin, también recibió gustoso su café. Se notaba el esfuerzo que puso en el detalle y no podía estar más agradecido con él; pero, al mismo tiempo, sabía que el pelirosa era sumamente tímido y le extrañaba que hiciera algo así.
—Jimin-ah, ¿a qué se debe la bonita sorpresa?
Tuvo que aguantar las ganas de ser honesto y confesar sus sentimientos en ese mismo instante, pero tomaría desprevenido al mayor, y lo que menos deseaba en esos momentos era arruinar la buena relación que ambos tenían. En un futuro encontraría el momento más adecuado.
—P-porque tú siempre haces cosas lindas por mí y yo... quise ser atento esta vez.
