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Nos habíamos vuelto muy apegados.
De lejos podía notarse que éramos muy unidos.
Al cumplir 6 años yo ya podía considerar a Christopher muy cercano a mí.
Siempre recordaré con felicidad el regalo que Christopher me obsequió en ese cumpleaños.

—¿Estás bien, Erick?

—Sí —respondí sin mucho interés.

—¿Seguro? apenas tocaste tu comida.

—Estoy algo triste.

—¿Qué pasó?

—Mañana va a ser mi cumpleaños y me gustaría saber qué se siente pasarlo en familia.

—Oh... —miró hacia el frente.

—¿No crees que sería bonito que alguien de tu familia te abrazara y te cantara una bonita canción en tu cumpleaños?

—Sí...

Opté por comer un poco luego de que Christopher insistiera.
Lo mejor de ese día fue cuando llegó la noche y ya era mi cumpleaños, es decir, de madrugada.
Siendo sincero, yo me asusté cuando sentí a alguien levantar mis cobijas y recostarse a mi lado.
Solo bastó sentir el pequeño brazo de Christopher rodearme para recobrar la calma.
Solo bastó sentirlo acurrucarse contra mi espalda para que mi estómago se revolviera.

—¿C-Chris...?

—No sé ninguna canción, pero yo te considero mi familia, ya te lo dije.

—Chris...

—¿Qué?

Me giré para poder mirarlo, ambos estábamos muy cerca y eso me hacía sentir más nervioso.

—Gracias.

—... Te quiero.

—Yo también.

Su regalo fue hacerme sentir el niño más lindo del mundo luego de ese día, día en el que comencé a sentir cosas por Christopher.

Pensando En Ti || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora