Look after you // Evan Peters (TERMINADA)

Capítulo 42

Aviso: perdón por no estar actualizando taaaan seguido como quisiera 😣😣😣  les prometo alguna maratón de capítulos durante los próximos días ❤️❤️❤️ gracias por leer y comentar🥰🥰🥰

<< La verdad>>

Una semana después:

Las cosas aparentemente marchaban bien, pero quizás no todo estaba en la mejor de las formas. Era día viernes , Elle había terminado su antepenúltima semana de clases, y no hablaba demasiado con su familia; su madre se había llevado a Miles y a Rory a la casa de su tía,  Harold seguía hospitalizado, pues había tenido algunas complicaciones dentro del hospital, pero nada grave, o al menos Nada mortal.

La chica pintaba en su casa, estaba en su sala que frecuentaba poco, sus estudios limitaban el tiempo que podía regalarle al arte; aunque si fuera por ella, le regalaría su vida entera.

Usaba un pantalón grande ,de esos que no resaltan curvas, además una polera a rayas color azul y blanco. Su cabello estaba amarrado en una coleta, aunque no quedaba tan larga como la de un caballo, su cabello llegaba un poco más abajo de sus hombros, en su mente, sabía que debía dejarse crecer el pelo, le gustaba esa degradación de color de forma natural que se generaba a medida que su cabello crecía. Sus raíces eran castañas claras, pero las puntas del pelo largo siempre terminaban al borde del rubio, y eso se acentuaba más con el sol.

Tenía un cuadro inconcluso, pero que sabía debía terminar, y cuando lo hiciera, sabía dónde debía ir y entregarlo.

Sabía que debía quedarse con Evan Peters.

Bo dormía en su escritorio, sobre unos viejos libros que en algún momento ocupó para anatomía, había uno que decía que y otro que decía Anatomía de Gray,  pocas veces los ocupó, aunque le entretenía ver las imágenes ilustradas que contenían esos libros, grandes y pesados, como ese sentimiento de nula vocación y esas ganas de volar de ese lugar lleno de delantales blancos, y dedicarse a lo que realmente ella amaba.

Unas piedras chocaron en su ventana, se asustó en un principio, pero sonrió al asomarse y notar que Evan estaba en la calle, mirándola en silencio, con una sonrisa no demasiado exagerada.
La chica cerró el cuarto y bajó a abrirle la puerta.

Sus ojos se encontraron, se acariciaron con la mirada, y después con sus manos.

Pero las manos de Evan no estaban vacías, sostenían un ramo de rosas. Nadie jamás había llegado con rosas para ella.

—¿ Qué es eso? —preguntó la chica y Evan sonrió nervioso, como si aquello fuera una travesura.

Y quizás lo era, porque había cortado seis rosas rojas de su jardín, de esas que su madre cuidaba como si fueran sus propias hijas. Aunque tenía una infinidad de ellas, Evan se sentía culpable por haber robado seis, pero su amor por Elle lo compensaba.

— Te he traído rosas rojas, porque te amo mucho. Son de mi jardín, ayudé a regarlas un par de veces, las corté yo mismo, incluso me clavé una espina— Evan le mostró el dedo índice derecho, donde había un pequeño corte y Elle le sonrió.

Aquello había sido demasiado tierno para ser real, aquello tenía mucho más valor que si las hubiese comprado en la florería más cara de Missouri.

— Están hermosas— Elle acarició el rostro de Evan— Te amo.

— Sé que es cursi lo de las rosas, pero pensé que sería buena idea regalarte algo, porque...