Destino (Miraculous Ladybug Fanfiction)

🐞20🐞

Marinette

Estiré los brazos, aún somnolienta, sintiendo el rayo de sol en mi rostro, haciéndome abrir los ojos perezosamente.

Bostecé un par de veces antes de sentarme en la cama, observando la hora en el reloj.

Eran las 11 am, pero me tenía despreocupada ya que era domingo.

-Buenos días, dormilona- era el rubio que entraba con una bandeja en manos, sonriendome. -¿Cómo amaneciste?

-Buenos días- lo saludé embelezandome -De maravillas ahora que te veo- contesté con una sonrisa.

-Entonces me siento orgulloso de ser quien te haga sentir bien con sólo verme.

-¿Y quién dijo que era por ti?- bromeé  -¡Es eso que traes en tus manos! Huele delicioso y, tengo hambre- llevé una mano sobre mi abdomen, al momento en que ambos reimos.

-Ouch, eso dolió, my lady- dijo con su típica fama de Chat Noir, sentándose a un lado de la cama.

-Lo siento, gatito- expresé tocando con mi índice la punta de su nariz.

Tomé los alimentos que había traído y comencé a degustar.

-Tikki, ven- la llamé, sosteniendo uno de sus dulces favoritos.

La carmesí se asomó, saludandonos antes de aferrarse al bizcocho.

-Tranquila, Tikki, no te atragantes- dije divertida al ver la rapidez con la que comía. En mis años de Ladybug no la había visto comer con tal velocidad. Y eso que antes de derrotar a Hawk Moth consumía más de su energía.

-Lo siento, Marinette- dijo ella, como si la hubiese regañado.

-Descuida- con dulzura acaricié su cabecita.

-Ya quisiera yo tener momentos así con Plagg- el rubio habló, mirándonos tiernamente.

-De seguro los tienes, Adrien- enunció mi kwami -Plagg es muy sensible, aunque no lo demuestre siempre. Y tú más que nadie lo debes de saber.

-En eso tienes razón. No había nadie como él al momento de escucharme. No me ayudaba mucho pero al menos me oía- rio, aunque en sus palabras se sentía cierto pesar.

Tal vez por el hecho de que su padre prácticamente lo privaba de su libertad, no pudiendo hablar con sus amigos más que durante las horas en las que tocaba clases. Es seguro que ese pequeño kwami era quien compartía más con él.

-Pero ahora también me tienes a mí, a nosotras- dije tomando su mano, mirándolo a los ojos, acercando nuestros rostros lentamente hasta que...

-¡Problemas!- exclamó el ser negro que apareció de pronto entre nosotros.

Los tres lo miramos confundidos.

-¿Qué sucede, Plagg?- interrogó Adrien, algo molesto por habernos arruinado el momento.

-¡Es una emergencia!- se lo oía desesperado, saliendo con prisa del lugar.

Tikki, Adrien y yo lo seguimos, casi corriendo.

-¿Qué haces?- cuestionó Tikki acercándose a él, recibiendo casi un golpe por parte de un objeto que el gato negro lanzaba del armario.

-¿Qué es este desastre?- reclamé, viendo patas para arriba la cocina.

-¡Sólo ayudenme! ¡Revisen los armarios!- pidió, pasando de cajón a cajón.

-¿Qué se supone que tenga que ver?- interrogué, abriendo una de las puertas de la alacena.