3

4K 386 181
                                    

Si me amarás... no hubiera llevado todo esto lejos.

....

...

...

..

- ¡Maldita sea, Nukima! ¡¡Reacciona!! - El pilar del sonido trataba de despertarla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


- ¡Maldita sea, Nukima! ¡¡Reacciona!! - El pilar del sonido trataba de despertarla.

No reaccionaba.






Narra Sanemi Shinazugawa.

¿Que había pasado? fue un sueño... No, él sigue aquí.

Recorrí toda la casa, podia sentir que estaba cerca, sin embargó por ningún lado estaba ese desgraciado. Tenía que hacer despertar a Nukima o si no, puede que le diga algo a ese demonio.







Narra Nukima Mukaide.

No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no.

Todo menos el....

- ¿Que pasa. hermanita? No estas feliz que estes en casa - El sonríe mostrando unos dientes filudos.

- Esta no es mi casa y tu estas muerto - Volví a agarrar mi katana y estaba en posición para atacar.

- Si es tu casa, tontita, fíjate bien - Mire a mi alrededor, la casa había cambiado a mi viejo hogar.

- Esto es mentira... Tu me estas manipulando para matarme - No bajo la guardia, al verlo solo sentía un escalofrío por todo mi cuerpo.

- Yo no soy mentiroso, Nukima, ya me conoces, mamá nos educó para que no fueramos unos mentirosos como papá - El simplemente sonreía, como si al verme fuera un chiste para el.

- Mamá estaba loca y tu eres un demonio ahora.

Sin pensar dos veces lo ataque con la katana. Apenas me acerque, el me pudo evitar.

- Mamá no le gusta armas en la casa, esa es otra regla y lo sabes - Ignorando el hecho que lo ataque, el sigue como si nada y mis palabras no las oía.

- ¡Cállate! - le grito y cambia su expresión a una molesta.

- No me gusta que me hables en ese tono, querida hermanita, o si no... Tendría que castigarte y eso no lo quieres o si... 

El ambiente cambio a uno pesado, solo una vez lo senti cuando estaba en una mision con el señor Tengen. El demonio de aquella vez era poderoso para mi... El no mostraba egosimo o superiodidad al verme... simplemente no me vía, es como si para el no fuera nada, lo que me hizo más enojar es que ese demonio ni siquiera era el que buscaba. Lo que encontré esa vez era una de las lunas superiores. El demonio de seis ojos, uno de los más peligrosos, solo esa vez me salve porque me dijo que yo no valía la pena.

Odio a los demonios.

- ¡Tu no eres mi hermano, el murió hace años! 

El se acerco a mi y me agarro mi cuello con una sola mano.

- Oh, yo no quiero lastimarte, pero no me dejas opciones - Apreto más el agarre y sentía que ya no podía respirar.



En la realidad.

- ¿¡Que demonios!? - Sanemi vio a Nukima con unas marcas en el cuello como si estuviera ahorcandola.

Mientras que intentaba despertarla, un grupo de demonios fueron enviados para atacar a Sanemi, para que no distrayera en el plan de Ry

No era tanto el problema los demonios, si no que tenian a personas secuestradas en sus manos, la mayoria niños. Eso le dificultaba las cosas al pelear. 

¿Como podria pelear si podia lastimar a unos niños? 

Se cuestionaba, el no era capaz de lastimar a un niño por culpa de un demonio.



En el otro lado.

Nukima no le iba mejor, su hermano la estaba ahorcando. Hasta que se detuvo.

- Ryoura, no seas cruel con tu hermana, sabes que ella tiene un carácter muy temperamental igual que su padre - Una voz femenina aparecio detras del joven demiono.

Mientras que Nukima recuperaba el aliento su cara se tranformo en horror al ver a su madre con un hermoso Kimono rojo con decoraciones de flores doradas.

- Disculpa mamá, pero Nukima siempre saca lo peor de mí - El joven demonio retomo su compostura y sonrie a su madre. 

- M-Mam... ¿Mamá? - fue lo único que dijo la cazadora de demonios.

- Mi querida hija, hace tiempo que no te via, te estabamos buscando por todas partes, tu hermano le costo saber en donde estarias y al final viniste a nosotros, eso me alegro ahora podras estar en casa con tu familia - Se acerco a su hija para poder abrazarla.

Nukima estaba pálida, si ya su hermano estaba vivo como demonio... su madre era un demonio tambien.

- C-Como es posible... ustedes murieron en esa noche - los ojos de Nukima se llenaron de lagrimas.

- Recuerdas a ese demonio que fue a vernos, pues él nos transformo esa noche, ¿no es maravilloso?, ahora podemos vivir eternamente, solo tenemos que comer a algunos humanos, pero eso son detalles - Sonreía y acarciaba la cabeza de su hija.

¿Quién iba a pensar que su madre y su hermano son demonios por culpa de ese ser?

- Sabes, ahora él le gustará verte.

- N-No...

Unos pasos se acercaban, un hombre con un traje negro con una corbata negra, cabello negro y ojos rojos.

- Mi señor, me alegro que vinieras a ver a mi hija - La madre se acerco a ese hombre con una gran confianza toma su brazo.

- Un gusto verte de nuevo, Nukima - Hablo el hombre mostrando una sonrisa.

- Muzan...

La dama roja ( kimetsu no yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora