troisième

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—Estás loco —se burló JeongIn.

JiSung puchereó de manera involuntaria y apegó una de sus rellenas mejillas sobre la mesa del comedor de su amigo Yang. Desde antes de ayer, desde aquel momento en que vió al tal Lee MinHo tenía la necesidad de acercársele pero no sabía cómo y ahí estaba pidiéndole consejos a su mejor amigo.

—Lo único que diré es que seguro ha de pensar que eres un psicópata que va a observarlo si vas todos los días a verlo

—No seas así —rió el mayor un poco, pero después le tomó el peso a las palabras del menor y fingió llorar. —¿De verdad creerá eso?

Yang negó con su cabeza ante la ingenuidad de su amigo y sonrió para poder dejar pequeños y suaves golpecitos en su cabeza con la palma de su mano haciendo referencia al ‘patpat’ de consuelo.

—¿Y si me acompañas?

El menor negó con su cabeza, negándose completamente. No iba a ir para practicamente tocar el violín¹  y solamente ver como Han parecía hacerle ojitos a su especie de nuevo crush. Además, nisiquiera le gustaba tanto el café como para ir a una cafetería.

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Molesto.

Sí, JeongIn estaba molesto. Han lo había arrastrado consigo al local en elq ue trabajaba aquel chico de cabellos castaños que tanto le había llamado la atención a su amigo y ahí estaba sentado en una de las negras sillas del local. Cruzó sus brazos de manera irritante y se encargaba de mantener su vista fija sobre Han. Si las miradas hicieran daño seguro Han estaría ya muerto en el piso.

JeongIn parecía un angelito, pero lo era siempre y cuando le convenía o no estaba molesto con alguien.

—Pone buena cara —rió Han, mostrando una sonrisa bastante animada. —Házlo por mí~ —Yang negó con su cabeza de manera tierna a ojos de alguien que no supiera que aquel chico era un demonio encarnado en dulzura. —Vale, y te compro el pastel que quieras

Y los ojos del menor parecieron tener interés en su mirar así que Han rió y se levantó para guiar al menor al mostrador.

SeungMin estaba demasiado ocupado con su celular para prestar atención al hecho de que dos personas se estuvieran acercando y MinHo estaba dándole de comer a un gatito que había encontrado en el patio del local.

—¿Buenas? —SeungMin finalmente se dio cuenta de que el mismo cliente de hace tres días había vuelto pero esta vez con alguien más.

Las tengas pensó Yang, pero solo miró a Han en busca de que hablara u algo.

—¡Mira Minnie! —MinHo apareció por la puerta trasera del lugar con un gatito de color café, negro y blanco. Mas se detuvo en seco al ver que su amigo estaba ocupado con dos personas su sonrisa se borró y regresó a aquel semblante serio que demostraba con frecuencia. —Ah, perdón.

—No importa, ven a ayudarme. Deja al gatito libre.

MinHo miró por un momento al gato tricolor y Han captó enseguida que el chico no quería dejarlo ir. JeongIn parpadeó un par de veces ante la incomodidad del asunto y MinHo asintió finalmente con su cabeza, dando a entender que estaba bien.

La orden fue tomada y ahora Lee estaba sentado detrás del mostrador con sus codos apoyados sobre la barra y su mentón apoyado sobre sus manos. SeungMin por otro lado seguía chateando en su celular, seguramente con HyunJin.

—Entonces, ¿el que te llama la atención es...? —preguntó Yang en voz bajita.

—El que entró con un gatito en sus manos.

El menor asintió levemente con su cabeza mientras miraba disimuladamente al susodicho. La verdad se veía algo perdido y distraído, distanciado de la realidad. Miró ahora a Han, quien estaba mirando al castaño practicamente con corazones en sus ojos y no hizo más que rodar sus ojos para luego tirarle una bolita que hizo con una servilleta.

JiSung le miró algo indignado y JeongIn le guiñó el ojo, dándole a entender a Han que esa señal significaba peligro.

—Iré al baño y tú lo llamarás para que le pidas su número —Yang habló, y cuando Han iba a decirle algo como ‘esponja, ¿enloqueciste?’ el menor ya se había levantado y estaba caminando a paso normal en dirección a los baños.

Las mejillas de Han tomaron bastante color y prefirió dar un sorbo al café que tenía en frente para calmar sea lo que sea que estuviera sintiendo. No sabía si nervios o emoción, quizá un poco de las dos.

MinHo se levantó para ir a atender a las demás personas que habían llegado al local mientras que SeungMin pasaba de la vida y seguía pegado en su celular. Tomó las tazas y platos que ya no estaban siendo ocupados gracias a que lad personas ya se habían ido y cuando estaba regresando al mostrador fue detenido por Han, quien le había llamado con un inseguro ‘Hey’ hace segundos atrás.

—En seguida —Lee primero fue a dejar las cosas donde SeungMin, quien se vio en la obligación de despegarse de su celular para hacer algo productivo y ayudar a su amigo.

El castaño regresó a la mesa de JiSung y este le dió permiso para sentarse. Lee lo dudó y miró a SeungMin pero este parecía estar en su propio mundo, así que se sentó enfrente del menor algo confuso.

—¿Qué pasa?

—Es que —Sung titubeó, sintiendo sus nervios y vergüenza aparecer.

Ya no puedes echarte atrás, con todo si no pa' qué.

—Bueno, mi amigo me retó a pedirte tu número —fingió y vió como el rechazo se aproximaba, sus inseguridades eran más grandes que sus ganas de tener su número, pero se sorprendió al ver que el contrario sacaba su celular.

—Claro —MinHo respondió y dictó su número.

Han fue la persona más feliz del universo cuando salió de ahí junto a JeongIn. Al fin podía saber más de aquel chico que le había llamado tanto la atención y Yang seguramente se burlaría un año de él por ello.

1001 palabras.

ç'est bien | minsung / hanknowWhere stories live. Discover now