Capítulo 7

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Ella forzó una sonrisa y abrió el armario cogiendo unas sandalias plateadas. Cuando se abrochó los cierres de las sandalias levantó la vista. -Lista.

Louis la miraba fijamente con el rostro tallado en piedra- Quiero que te quede clara una cosa desde ya. Daniela se enderezó mirándolo a los ojos- Eres mi empleada. He pagado por tu tiempo y tu cuerpo. Como con cualquiera de mis empleados espero de ti que estés disponible cuando yo quiero.

-Lo sé.

-Y espero que no lo olvides. No eres mi novia, ni mi esposa, ni siquiera una amiga- dijo él dando un paso hacia ella- eres lo que eres y no tengo que recordártelo. Daniela asintió sin poder hablar por las ganas que tenía de llorar. Louis se acercó a ella y la cogió de la mano para sacarla de la habitación. No hablaron en todo el camino pues ella no se veía capaz. La subió a un coche sentándose a su lado. Louis hablaba por el móvil ignorándola y ella lo agradeció. Llegaron a un restaurante de lujo y Louis les presentó a varios hombres acompañados por sus esposas. Sonrió a las mujeres que obviamente no hablaban inglés y los hombres se pusieron a hablar entre sí con ayuda de un intérprete. Louis la cogió de la mano todo el tiempo, llevándola con él. Ella era un florero que sólo tenía que sonreír pues las mujeres tampoco hablaban demasiado entre ellas. Se sentaron en una enorme mesa redonda y cuando le iban a servir el vino negó con la cabeza- Bebe. -dijo él asintiendo al camarero que le sirvió inmediatamente. Estaba claro que no tenía ni voz ni voto. La copa de vino quedaría intacta sobre la mesa porque no pensaba beber. Le empezaba a doler la cabeza de fingir tanto y tendría que tomarse un analgésico en cuanto llegara al hotel. Suspiró colocando la servilleta sobre su regazo cuando colocaron sobre la mesa diversos platos de comida china. Al ver que se servían ella hizo lo mismo aunque no tenía nada de hambre. Cogió los palillos y empezó a comer sonriendo a la mujer que tenía en frente que la miró satisfecha de que supiera usar los palillos. Louis se pasó toda la cena hablando con el intérprete sentado al otro lado que iba traduciendo todo lo que decía. Fue bastante aburrido. El dolor de cabeza empezaba a hacer de las suyas pero como no podía decir nada se aguantó. Louis le miró el plato y frunció el ceño.- ¿No te gusta la comida? Ella forzó otra sonrisa- Está todo buenísimo. Pero no puedo más. -Cogió la copa del agua y le tembló ligeramente la mano. Louis entrecerró los ojos pero no dijo nada y siguió con sus negocios. Dos horas eternas después se levantaron de la silla y la cabeza de Daniela parecía que la iba a explotar. Le latía y tenía nauseas. Le molestaba la luz y sabía que debía tener los ojos rojos. Se despidieron y él la miró- ¿Qué pasa?

-Nada- dijo desviando la mirada - ¿Qué iba a ocurrir?

Él la cogió por la barbilla para mirarla a la cara- ¿Estás enferma?

-¡No!- exclamó sonriendo - Estoy bien. Louis apretó los labios pero ya no dijo nada. Sacó su teléfono y revisó sus mails. Suspiro de alivio al llegar al hotel. Fue hasta su habitación y rápidamente cogió sus pastillas para el dolor de cabeza. Se tomó dos bebiendo después de una botella de agua.

-¿No decías que estabas bien?- preguntó mirándola desde la puerta con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

-Estoy bien- escondió las pastillas en su neceser y fue hasta la cama sentándose en ella para empezar a quitarse las sandalias. Sólo quería cerrar los ojos, sentía que sus ojos empezarían a llorarle en cualquier momento por el dolor. Y no quería tenerlo cerca. Durante unas horas quería estar sola para reponerse.

-No pareces estar bien. Estas pálida y tienes los ojos rojos.

Suspiró porque él no lo dejaría.- Me duele un poco la cabeza, eso es todo.

Él la observó levantarse y bajarse la cremallera del vestido - ¿Te importa que me acueste?- preguntó tímidamente. No sabía cómo se lo iba a tomar

"Enredados" [Terminada]Where stories live. Discover now