Hasta que Vuelvas...

Alguien Como Tú

-N-no puedo y que....oh Terry por Dios....-

Me falta el aire, pero no puedo parar no puedo, y lo peor es que se siente tan bien hacerlo en un lugar prohibido....Terry, mi Terry....wow.

-Sí que puedes...me vuelves loco...- Terry entra y sale de mí, con movimientos fuertes, rápidos y certeros, se puede morir por exceso de orgasmos? Es una locura...sin mirar hacia atrás momentos antes, me tomó de la mano para salir del salón donde nos encontrábamos y me llevó hasta el área de los servicios que bendito Dios es super amplia y después de poner el seguro en la chapa y de literalmente destrozar mi ropa interior me tomó como nunca antes lo había hecho...no tenía que esforzarse mucho, mientras bailaba con Antoine, esa mirada llena de posesión y seducción me tenía completamente mojada y ansiosa.

-Soy tu hombre Candy, soy el hombre que te ama, el hombre que sueña contigo de día y de noche...el único hombre que tendrás, porque soy tan tuyo como tu lo eres de mí...eres exquisita mi amor...mi lugar favorito es aquí dentro de tí- dice entre gruñidos y con la voz enronquecida, jadeando...es tan sexy que me marea, estoy perdida en éste mar de pasión y deseo...gustosa me dejo llevar simple y llanamente porque es con él, las sensaciones que sus caricias y su intromisión producen en mi cuerpo son tan buenas y placenteras que duelen, cierro los ojos y apreto los dientes, quiero que dure mucho...que no se acabe nunca oh por Dios, sus palabras me enloquecen...tengo ante mí a todo un hombre, los tiempos del Colegio y nuestro muy juvenil noviazgo definitivamente quedaron atrás...Terry es otra persona..es decir, es el mismo pero el jovencito del que me enamoré con locura solo en esencia, él, el que está aquí conmigo es ese hombre totalmente sexual, posesivo, demandante y seductor, todo un amante, el hombre que me llevará a alcanzar los límites de la locura en sus brazos, aunque en inicio me daba pena e incluso asustaba...ahora estoy disfrutando cada segundo...

-Dímelo...- dice entre roncos gemidos mientras golpea sobre mí más duro después de hacerme girar para sostenerme sobre el lavamanos, frente al espejo, yo...presa del éxtasis apenas y puedo abrir los ojos.

-Que cosa...-

-Que eres mía....-

-Ya lo sabes....por Dios.....por Diosss...- siento frescura...su delicioso olor natural, su colonia olor a pino y madera...siento....me siento morir cuando sus manos hacen contacto con mi punto de placer, vaya tortura.

-Dímelo carajo...dímelo...- la dureza de sus palabras me hace abrir los ojos y la imagen no puede ser más caliente y cruda ....tanto como dulce y sensual...sus ojos como el mar en tormenta encendidos....los míos totalmente desorbitados, los nudillos de mis manos blancos mientras me sostengo y él gloriosamente desnudo y bañado en sudor detrás mío.....mi mirada se pierde con la suya.

-Soy tuya, solamente para tí....siempre tuya....- sonríe como poseído por un hechizo y creo que quedarán marcas de sus dedos sobre mis caderas pero no me importa ya...lo único que necesito es terminar, necesito un escape a ésta agonía y solo él puede dármelo...ya no aguanto más...responder a su orden parece haber incendiado su ser...

-Te vienes conmigo... ya Belleza Americana...hazlo.....Diosa...maldición es el cielo- Y ahí mismo...como si fuera magia...me vengo con libertad, extasiada al máximo, con una sonrisa de satisfacción casi diabólica...ésto ha sido lo más...wow, Terry deja caer su cabeza sobre mi hombro, mientras que hago esfuerzos sobrehumanos por recuperar el ritmo cardíaco.

No sé cuanto tiempo pasa, no tengo idea, no puedo sentir nada, no puedo hablar...estoy como...flotando, sí, flotando es la palabra y se siente increíble...fué como un torrente de agua nueva sobre mí...no puedo explicarmelo pero lo he disfrutado como nunca...si para mi virginal cuerpo de 16 años la primera vez que estuvimos juntos fué la experiencia religiosa, a ésto que acaba de suceder entre nosotros no tengo idea de como llamarlo.