Capítulo 1: Primer encuentro

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≈Narrador Omnisciente≈

Era un 10 de marzo del 2006 en la ciudad de Oaxaca, la tarde se tornaba bastante calurosa, ya que se acercaba la primavera. En un parque de la ciudad, se encontraba un pequeño castaño de cuatro años, a meses de cumplir los cinco, su madre, la señora Emma acompañaba a su pequeño Joaquin, quería que se distrajera, ya que media hora antes, había tenido problemas con su esposo Uriel,  habían discutido fuertemente, y por desgracia el pequeño vio y escucho todo y se asustó demasiado

Joaquin se encontraba jugando en la resbaladilla, sus mejillas estaban en un tono rojizo por las lágrimas derramadas anteriormente, pero parte por el sol que quemaba bastante, la señora Emma se sentía tan feliz y tranquila de ver a su pequeño bebe feliz.

Bebe- hablo la señora- voy a ir a la tiendita de enfrente por agua, hace mucha calor y no quiero que te vayas a deshidratar, no te muevas, no tardo-

-Está bien mami- sonó la voz chillona del pequeño- no te tardes mucho- antes de que la señora pudiera dar vuelta para ir por el agua del pequeño, este la retuvo-mami, me podrías dejar mis burbujas porfi, prometo tener mucho cuidado y no tirarlas

-Está bien, pero ten mucho cuidado y no te vayas a tomar el jabón, es muy peligroso- dicho esto, le entrego las burbujas al pequeño y emprendió camino hacia la tienda

El pequeño decidió sentarse en un columpio y empezó a soplar sus burbujas, apreciaba como estas emprendían su vuelo para después de unos segundo explotarse, estaba tan feliz se sentía más tranquilo después de lo sucedido en su casa hace una hora.

Pero lamentablemente esa tranquilidad se vio arruinada cuando un niño de 6 años, llego para arrebatarle y tirarle sus burbujas, el pequeño tenía ganas de llorar, pero algo que le había enseñado su padre para bien o para mal era a no ser débil, así que cuando sintió que los ojos se le empezaban a llenar de lágrimas, los cerro lo más fuerte que pudo para hacer a que desaparecieran.

–¿Qué te pasa?, esas eran mis burbujas- grito el pequeño.

Aquel niño mayor solo reía, se acercó al pequeño hasta estar frente a él, era un poco mayor de estatura, así que lo miro hacia abajo y le contesto

–¿y qué vas a hacer? ¿Vas a ir de nenita a acusarme con tu mami?

El pequeño percibió un olor horrible de la boca de aquel niño, pero era lo menos que le importaba, estaba realmente enojado por dos cosas, la primera por tirar sus preciadas burbujas, y la segunda, por haberlo llamado nenita, él no era ningún nenita se padre se lo había recalcado siempre (de mala manera, pero claro era tan pequeño como para saberlo), junto todo el coraje que tenía, y le pego una patada en su espinilla, aquel niño empezó a gritar y llorar.

Del otro lado del parque se encontraba un pequeño niño rizado de cinco años, quien estaba atento a todo lo que pasaba, se quedó asombrado de lo valiente y la fuerza que tenía ese pequeño

Los amigos de este que eran otros dos de la misma edad se acercaron.

-¿Que te paso Cesar?- pregunto uno de los niños.

–Esta nenita me pego en pierna, esto no se va a quedar así, ayúdenme a darle su merecido para que aprenda que conmigo nadie se mete- Respondió Cesar con un gran enojo.

Los tres niños acorralaron al más pequeño, Joaquin se preguntó en donde estaba su mamá, empezó a sentir miedo, pero no lo demostró, los niños con los que venía Cesar lo agarraron a modo de que no pudiera moverse para defenderse, Cesar alzo su mano en forma de puño, Joaquin sabría lo que pasaría, no podía hacer nada,su madre no estaba ahí para ayudarlo, cuando Cesar estaba por soltar el golpe Joaquin por instinto cerro sus ojos esperando el golpe, pero este no llego.

Abrió sus ojos lentamente y pudo ver a un Cesar confundido pero a la vez enojado, después reacciono y vio que alguien estaba sosteniendo su mano, impidiendo que lo golpeara, pudo divisar a un pequeño rizado que por lo que le pareció era más grande que él, pero no más que Cesar, tenía el cabello algo chino, la luz que emitía el sol, hacía que su cara se viera brillosa, tenía unos ojos muy bonitos, por dentro estaba infinitamente agradecido ya que gracias a él no estaba recibiéndola paliza de su vida

-Es muy injusto tres contra uno ¿no creen?- hablo el pequeño rizado

-No sé quién eres pero mejor no te metas, el problema es con el nenita, no contigo- respondió con algo de coraje en su voz

-Pues no voy a dejar que sean unos abusivos con él por estar más chico que nosotros- Joaquin no era lo demasiado pequeño, pero si se veía un poco la diferencia de estaturas. Cesar dejo a al más pequeño, dirigiéndose al rizado, estaba a punto de soltarle un golpe cuando la mama de Joaquin llego a interrumpir justo a tiempo

-¿Qué está pasando aquí?-

Los otros dos niños todavía estaban sosteniendo al pequeño, en cuanto vieron a la señora lo soltaron, Cesar junto con los otros dos niños se echaron a correr

-¿Estas bien bebe?, perdón por tardar, una señora se tardó en elegir y pago con un billete grande, pero dime bebe, ¿te hicieron algo?-hablo demasiado rápido la señora haciendo que se quedara sin aliento, su voz sonaba preocupada.

-tranquila mami, estoy bien, otro poco y si me pegaban, pero llego el- señalo al pequeño rizado –gracias a él no me pegaron, ¿Cómo te llamas? ¿Cómo se llama mi salvador?- dijo el pequeño caminando con una sonrisa hacia el mencionado.

El rizado se quedó viendo los ojos del pequeño hasta que reacciono –Emilio ¿y tú?- respondió el niño con algo de nerviosismo

-Joaquin- respondió el menor con una sonrisa -¿Quieres jugar conmigo?- Emilio por su parte solo asintió y se fueron juntos a jugar.

Estaban tan felices juntos, la señora Emma por su parte estaba sentada viendo a su pequeño divertirse, se veía tan feliz, como nunca lo antes lo había estado. 

Después de un rato de estar jugando se sentaron en unos columpios comiendo una rica paleta de hielo, casi no hablaban pero se sentían a gusto el uno con el otro, paso un rato más hasta que llegó el momento de irse, Joaquin se despidió de un abrazo

-Adiós Emi y gracias- dicho esto le dio un beso.

Emilio sintió el calor acumularse en sus mejillas –Adiós – respondió todavía con el color de sus mejillas, dicho esto el pequeño se fue de la mano con su madre.

El rizado por su parte todavía estaba en shock por el beso, si bien tenía a muchos amigos, pero ninguno se había despedido de la misma forma que lo había hecho ese pequeño con hermosas pestañas.

Ambos en sus casas en la noche, acostados en sus respectivas camas, como si fuera cuestión de conexión (una conexión muy difícil de quebrantar), se encontraban pesando en el otro, Joaquin pensaba en su salvador rizado, mientras el mayor pensaba en el pequeño de pestañas hermosas, que le había dado un beso en la mejilla, e inconscientemente se llevó una mano a esta, en ese momento ambos sonrieron, no sabían que les pasaba, nunca se habían sentido tan cómodos jugando con otra persona, y así con esa sonrisa se quedaron profundamente dormidos, deseando volver a encontrarse

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¡Hola! Muchas gracias por estar aquí.

Bueno pues este es el primer capítulo, y me gustaría saber que les pareció, espero y no les haya aburrido tanta lectura, o no los haya confundido, quisiera saber que piensan, dejen sus comentarios para saber que les gusto, o así

¿Les pareció muy largo o corto? ¿Lo prefieren largo o corto?

Cualquier cosa háganmela saber.

Como había dicho en la sinopsis, no soy experta, esta es mi primera historia que hago, si notan un error o cualquier crítica constructiva que gusten hacer, la recibiré con mucho gusto.

Sin más, muchas buenas vibras. 

The Best Of Me ≈Emiliaco≈Where stories live. Discover now