*Capitulo de relleno
Mi nombre es Diana, tengo 42 años, viuda y madre de dos. Mi hija Karen es la mayor y mi hijo Erik el menor, de 24 y 20 años actualmente. Mi esposo Luis falleció en un accidente en su trabajo hace 7 años, no me he vuelto a casar y tampoco pienso hacerlo. Vivimos en una casa heredada por mi madre desde hace 13 años.
Me gusta salir a un parque que está cerca para leer, me gusta mucho la carne y la gente me describe como una persona muy calmada y agradable.
Mi hija Karen es muy animada, alegre y algo interactiva cómo su padre. Le gusta mucho el sushi y su pasatiempo favorito es dibujar y ver anime con su hermano.
Erik, mi hijo menor es muy tranquilo y carismático. Le gusta la lasagna, jugar videojuegos y ver anime con su hermana.
Solíamos vivir sin ningún problema, con tranquilidad y normalidad hasta aquél domingo de hace 3 años... al principio fue un problema pero dejó de serlo en poco tiempo.
Ese día fue como cualquier otro sin ninguna novedad, pasaban de las 11 de la noche. Erik se encontraba jugando en la sala y Karen en su cuarto al igual que yo. Cansado, Erik decide tomarse un baño para después irse ya a dormir. Entró al baño y al cabo de unos minutos salió sin decir nada, con una actitud y vibra extraña.
—Buenas noches— Gritó Erik mientras cerraba la puerta de su habitación.
—Descansen— respondí.
Ya dormida empecé a tener un sueño extraño. Caminaba por un bosque con el cielo estrellado y a la izquierda a unos metros vi entre los árboles un sendero y a alguien que caminaba en el. Al mirar al frente el camino se dividía en dos. Cada uno tenía un cartel... el izquierdo decía: No causes ningún problema, ve a la derecha.
El derecho decía: No vayas a la izquierda y a la derecha. Este es el mejor camino.—¿Derecha?— me pregunté.
Observe detalladamente a la derecha como decía el cartel.
—Otro camino, pero está cubierto de maleza... no me da confianza.
El cartel de ese camino estaba en el suelo como si alguien lo hubiera tirado, era inteligible excepto por unas palabras: "No hay, izquierda pero, adelante."
—Parece una adivinanza, pero los carteles no tienen sentido. Supongo que tengo que elegir uno.
Tarde un poco en analizar los escritos de los carteles y se me ocurrió ver a la persona que estaba en aquel el sendero.
—Ya tomó un camino y va un poco adelantado. Creo que tomaré este.
Me decidí por el camino de en medio. Seguí caminando por un rato cuando me di cuenta que aquel muchacho ya no estaba. Continúe y a lo lejos divisé otro cartel dónde el camino terminaba, ese cartel decía: Elegiste el equivocado...
—Parece que por aquí no era, ni modo, me voy a regresar.
Apenas me di media vuelta cuando me despertó de mi sueño un grito de una mujer.
—¿Aaahh qué es esto...? Me eh convertido...
—¡¿Alguien se metió a la casa?!
Salí de mi cuarto y supe que aquel grito venia del cuarto de Erik, empecé a tocar fuerte la puerta para alarmar al supuesto intruso, lo cual, pensándolo bien, no es una buena idea.
—¿Erik? ¿Estas bien? ¿Que sucede?— No hubo respuesta.
—¿Mamá? ¿Qué pasó? Oí un grito.
—Algo le pasa a Erik pero no abre la puerta. Hijo, abre la puerta por favor, ¿que tienes...?
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✨ Elizabeth ✨
General FictionErik Ferran es un joven común de 20 años, vivió un suceso extraordinario a los 17 años que marcó un antes y un después en su vida. De la noche a la mañana, Erik se convierte en mujer, un fenómeno inexplicable que inicialmente él niega con todas sus...