Prefacio

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- ¿Qué haces aquí? –dijo la chica de cabellos castaños.

- Yo solo quiero saber quién lo hizo –dijo el de la capucha negra.

s¡- Te daré una pista. ¿De qué te servirá estando muerto? –Dijo la chica, con una gran sonrisa en su rostro.

- ¿Qué intentas decirme?

- Que tienes poco tiempo para pensarlo.

- ¿Pensar en qué?, como puedes notar, sigo vivo.

- Eres muy ingenuo.

- ¿Crees que dejaré que me mates, así tan fácil? –dijo él.

- Si quieres, podemos ir por lo difícil. –respondió ella.

- Lo mismo te digo –saca una pistola y le apunta.

- Deberías cuidarte un poco más las espaldas.

- ¿Por qué lo dices? Ella saca la pistola y dispara a la lámpara, dejándolos en total oscuridad.

- ¿Qué?.. –alcanzó a decir, estupefacto.

- ¿Tienes miedo a la oscuridad, bebé?, ¿quieres un peluche?.. –dijo risueña.

- ¡¿Qué estás haciendo?!

- Preparo un bonito recuerdo antes de tu partida. Sabía que no traías el arma cargada. –dijo resuelta.

- Tú también morirás, pero no en paz. Yo ya estoy preparado para morir. Eres tan patética...

- ¿Crees que hago esto por gusto? Lo hago para limpiar la sociedad, para intentar arreglarla.

- ¡La justiciera, claro! Arreglas muertes ¿con más muertes?; arreglas robos ¿con más robos?. Eres más de lo mismo. ¡Eres patética!

- Tan patética como...

En ese justo instante la detonación provocada por el detective, apagó la voz de Aisha.

AishaWhere stories live. Discover now