ADAPTACIÓN. La dulce e inteligente Kat se tuvo que ir de su amado campo cuando era pequeña, dejando atrás a su precioso caballo White y a su mas preciado amigo, Harry.
Años después, cuando ella ya es mayor vuelve con su padre a revivir momentos...
Antes que nada tengo que decir que la novela no tenía epílogo, la escritora original no lo hizo, pero @DrewFields se ha tomado la molestia de escribirle uno a la novela y tengo que decir que lo ha hecho magnifico, a decir verdad me ha encantado, lo ha escrito conforme a lo que ella piensa que pasará en un futuro y yo espero que ustedes lo disfruten al leer como yo lo he hecho....
5 años después
Cinco años han pasado desde que Harry había ido en busca de su pequeña. Cinco años que habían compartido los dos juntos, y cuatro de ellos en el campo junto a White. Con ellos vivían John y Anne que estaban felizmente casados y Niall que seguía locamente enamorado de Lola.
Obviamente también los acompañaban todos los peones del campo y sus amados caballos. White era ya algo viejo, pero seguía siendo el mismo rebelde de siempre, y su potrillo era igual.
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Apolo que ya era un hermoso pony era igual que su padre en carácter y no le hacía caso a nadie.
Kat lo primero que hizo al volver al campo fue comprarles por una buena cantidad de dinero a los Montoya a Estrella y a Apolo para que White pudiera vivir con su familia.
Y hablando de familias... Harry y Katie también habían formado una. A los pocos meses de volver al campo ella les dio la noticia a todos, incluso al padre, de que ambos iban a tener un bebé. Y a los pocos años llego el segundo.
Tenían un niño y una niña por ahora...
Harry tenía claro que quería una familia grande y que cada uno de sus hijos tuviera un hermoso caballo propio aunque le costara miles de euros.
Y a Katie lo único que le importaba era estar con él.
El niño, que se llamaba John en honor al padre de Kat, tres años, era la viva imagen de su padre. Con la piel bronceada, el pelo castaño con los rizos bien pronunciados y unos ojos esmeralda de ensueño. Y la niña de año y poco se llamaba Darcy, por petición del padre. La bebé tenía los ojos de su madre y su color de pelo, pero como su otro hijo tenía los hermosos rizos del padre. Kat incluso llego a hacer muchas bromas acerca de que si todos sus hijos iban a tener los rizos del padre, ya que iban a ser irresistibles.
Harry era el mejor padre del mundo. Siempre estaba atento a su familia, era entregado.
Compaginaba sus tareas en el campo con cuidar a sus hijos de una manera excepcional.
Y ella no se separaba de sus hijos. Era como si les hicieran falta para poder respirar.
Y la relación que tenían no podía ser mejor. Una vez al mes se escapaban a la casita del lago para tener una noche ellos dos solos y que no se apagara la chispa entre ellos. Y siempre que iban hacían el mismo ritual. White los llevaba a los dos y se iba sabiendo que tenía que volver a la mañana siguiente, tal y como la primera vez. Los dos se bañaban a la luz de la luna, ambos desnudos, tal y como la primera vez. Compartían una romántica cena, tal y como la primera vez.
Y hacían el amor hasta caer rendidos acompañados por el alba, tal y como la primera vez. Ese simple día les recordaba que compartían una hermosa historia de amor a sus espaldas. Que ambos habían luchado para poder pasar el resto de sus vidas juntos, en su amado campo, y como no, con su amado White.
