Prologo

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La misión para recuperar el cadáver se suspendió a las 6:56 de la tarde.

El funesto mensaje lo transmitió el jefe de policía Clarence Taylor durante una rueda de prensa emitida por la televisión local.

Su expresión sombría era acorde con el corte de pelo al rape y el porte militar. <<La policía, junto con todos los demás organismos implicados, ha dedicado infinidad de horas a la búsqueda con la esperanza de que se resolviera en un rescate. O al menos en la recuperación.

>>Sea como sea, puesto que los exhaustivos esfuerzos de los agentes de la ley, la Guardia Costera y los voluntarios civiles no han dado en varios días con ningún indicio que nos permita abrigar esperanzas, hemos llegado a la triste conclusión de que continuar con una búsqueda organizada sería inútil.>>

El único cliente del bar que estaba viendo la pantalla borrosa del televisor ubicado en un rincón, se terminó de un trago el whisky que quedaba en el vaso e indico con un gesto al camarero que le sirviera otro.

El camarero mantuvo la botella abierta ladeada sobre el vaso de whisky.

--- ¿seguro? Creo que se está pasando de la raya, colega.

--- Tu sirve.

La pregunta fue recibida con una mirada amenazadora. El camarero se encogió de hombros y sirvió la copa.

--- Bueno, será tu funeral, no el mío.

<<Te equivocas, será el de otro>>

Situado en una zona apartada y deprimida del centro de Savannah, Smitty's no era frecuentado por turistas ni vecinos del barrio.

No era la clase de garito a la que uno fuera en busca de diversión y frivolidad. No formaba parte del famoso recorrido de juerga de bar en bar el día de San Patricio ni se servían allí copas de tono de pastel con nombrecitos graciosos.

Las bebidas se pedían tal cual. Podía tocarte o no una de esas rodajitas de limón que estaba cortado el camarero con aire distraído mientras veía el avance informativo que se había adelantado a la reposición de un capítulo de Seinfeld.

En la pantalla, el jefe de policía Taylor elogiaba los incansables esfuerzos de la comisaria, la unidad canina, la patrulla marítima y el equipo de buceo, y demás, bla, bla, bla.

--- Quita el volumen ¿quieres? --- dijo el cliente, y el camarero cogió el mando a distancia e hizo lo que le pedían. El cliente continuo ---: Esta adornándolo porque no le queda otro remedio. Pero si dejas de lado todas las tonterías, lo que en realidad está diciendo es que a estas alturas el cadáver es pasto de los peces.

El cliente apoyo los codos en la barra, encorvo los hombros y contemplo el líquido ambarino que se mecía en el vaso conforme lo deslizaba adelante y atrás entre las manos por la superficie de madera lustrosa.

--- ¿Diez días después de caer al rio? --- El camarero sacudió la cabeza con expresión de pesimismo --- No hay quien sobreviva a eso. Aun así, es jodidamente triste. Sobre todo, para la familia. Eso de no saber qué suerte ha corrido un ser querido...--- Busco otro limón con la mano --- No me haría ninguna gracia pensar que alguien que quiero, vivo o muerto, está en el rio o ha ido a parar en el océano, con todo este follón. --- Señalo con la barbilla en dirección a la única ventana del bar. Era amplia, pero solo tenía unos veinticinco centímetros de fondo, y estaba situada a buena altura de la pared, mucho más cerca del techo que del suelo, ofreciendo así una vista limitada del exterior, si alguien le apetecía echar una mirada. No permitía el paso más que de un tajo de luz difusa para aliviar la penumbra opresiva en el bar, y brindaba apenas un atisbo de esperanza a los desesperados en el interior.

Desde hacía cuarenta y ocho horas una lluvia persistente azotaba la zona sur de Georgia y Carolina del Sur; torrentes de agua caían a plomo desde nubes grises.

En algunos momentos el aguacero había sido tan intenso que no se alcanzaba a ver la orilla opuesta del rio. Las zonas más bajas se habían convertido en lagos. Habían cerrado varias carreteras a causa de las inundaciones. Por las cunetas corrían furiosos arroyos coronados de espuma blanca.

El camarero se limpió el jugo de limón de los dedos y seco la hoja del cuchillo con un trapo.

--- Con esa lluvia, no se les puede reprochar que suspendan la búsqueda. Lo más probable es que no encuentren el cadáver. Pero supongo que eso significa que nunca se esclarecerá el misterio. ¿Fue asesinato o suicidio? --- Dejo el trapo a un lado y se apoyó en la barra --- Que cree usted que ocurrió?

El cliente levanto hacia el la mirada vidriosa y dijo con voz ronca:

--- Yo sé muy bien lo que ocurrió.


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