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Yoongi se reunió con sus amigos en el parque del barrio, el cansancio notable en sus rostros. Estaba comenzando a anochecer y Jeongguk aún no aparecía.

"¿Y? ¿Saben algo de Ggukie?" preguntó Yoongi. Estaba comenzando a ponerse más y más nervioso con cada minuto que el sol se ocultaba en el horizonte.

"No, hyung," dijo Namjoon con expresión triste. Cuando Yoongi se giró hacia Hoseok, este sacudió la cabeza.

Yoongi suspiró y se mordió los labios. ¿Y ahora qué? Ggukie podía estar en cualquier lado, podría haberse perdido. Oh, Dios, pensó Yoongi mientras se levantaba la mano hacia el rostro y mordía la uña de su pulgar.

¿Y si lo secuestraron?

"Oye," Namjoon colocó una mano en el hombro de Yoongi y apretó con suavidad, claramente notando el nerviosismo de su amigo. "Lo encontraremos, ¿si? No te preocupes. Debe estar por aquí."

"Sí," asintió Hoseok. "Digo, podríamos buscarlo en el parque otra vez. El abuelo de Namjoon me dijo que lo vio más temprano con dos niños más..."

Namjoon se giró hasta Hoseok. "¿Te dijo cómo eran?" Hoseok se quedó pensando un momento con la mano en el mentón, y luego negó la cabeza.

"No, pero podemos ir a preguntarle," se encogió de hombros.

Yoongi suspiró una vez más, esta vez un poco más tranquilo, pero aún ansioso por saber donde estaba su hermanito. Jeongguk era un mocoso, pero era el niño más adorable y el mejor hermanito que Yoongi podría haber pedido. Si algo le pasaba...

"Vamos, mi abuelo siempre se acuesta a dormir temprano. Si no nos apuramos estará dentro."

Los chicos corrieron en dirección del abuelo de Namjoon, cruzando las varias manzanas que los separaban de su destino velozmente. Detrás de ellos, las farolas de las calles se encendieron, y el sol terminaba de perderse en el horizonte, y Yoongi sintió miedo. Sus amigos lo tomaron de la mano cuando comenzó a quedarse atrás y los tres chicos llegaron a la casa del abuelo de Namjoon agotados. Hoseok se había inclinado hacia adelante tratando de recuperar el aliento.

Los tres muchachos interrogaron al abuelo de Namjoon, pero no fue de mucha ayuda. El anciano había visto por última vez a Jeongguk cuando había estado dirigiéndose al parque del barrio, por lo que obligadamente tuvo que pasar por enfrente de su casa, pero luego había perdido rastro del niño. "Gracias de todas formas, abuelo," suspiró rendido Namjoon y se sentaron en el cordón de la calle.

"Creía que podríamos tener respuestas," se lamentó Hoseok mirando a sus amigos.

Yoongi tenía la mirada clavada en el frente. El cielo ya había oscurecido por completo, y eso significaba que encontrar a su hermanito iba a ser un poco más difícil ahora. No podía parar de pensar en lo asustado que podría estar Ggukie ahora. Solo y perdido en algún lugar, con tantas ganas de volver a casa. Yoongi se estremeció de miedo por él. Esperaba encontrarlo pronto.


***


Jeongguk estaba cubierto de harina desde la cabeza hasta los pies y las lágrimas que se juntaban en su mentón había formado una masa allí, mientras las que caían de sus ojos formaba surcos por sus mejillas blancas y polvientas. 

Había tratado de ayudar a su hyung a cocinar galletas, y cuando tomó la bolsa de harina que Seokjin hyung le había pedido, pisó sus cordones y cayó de espaldas sobre el linóleo de la cocina haciendo así que se explote sobre su pecho y la harina salga disparada por todo su cuerpo. El trasero también le dolía, pero en realidad había comenzado a llorar por lo avergonzado que se sentía.

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