2 • Es el aroma de Sasuke

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En la sede cazarrecompensas de Tokio, un rubio entraba con una sonrisa deslumbrante de la mano de un azabache. La pareja de cazadores se desentendieron de todos sus compañeros ignorándolos y, entre bromas y prisas llegaron donde la puerta de entrada a la casa de Naruto quien posó su mano por un indetectable sensor que les dio acceso abriendo la sencilla puerta. En el genkan se estaban descalzando entre besos que se robaban ansiosos por sentirse fundir en el otro.

Cuando Sasuke logró quitarse sus borcegos, se puso de pie y comenzó a alejarse de Naruto en dirección de la siguiente puerta, caminando hacia atrás por el largo pasillo con una sonrisa traviesa. Primero se quitó su camiseta que arrojó al pecho del rubio que seguía cada uno de sus movimientos mientras se quitó su propia camiseta, luego le siguieron los ajustados pantalones y su ropa interior. Desnudo e inhiesto ante él llegó a la puerta donde apoyó su espalda levemente. Toda la pequeña habitación estaba deliciosamente invadida por su dulce aroma que enloquecía al hombrezote de cabellos rubios.

Naruto llegó a su encuentro y Sasuke le colocó las manos en el vientre repasando el llamativo tatuaje símbolo explícito del contrato con su zorro protector. Naruto, impaciente le tomó sus manos que colocó ambas por sobre su cabeza con uno de sus brazos. Con su otra mano le levantó con delicadeza su mentón y se acercó a sus deliciosos labios tentadoramente. Ahora era el turno de Sasuke de ansiar unir sus labios, pero así como este se acercaba, el rubio desgraciado se alejaba con una sonrisa satisfecha. Finalmente fue generoso cuando Sasuke estaba a punto de insultarlo y le invadió la boca apasionadamente.

Sasuke enroscó sus largas piernas alrededor de sus caderas, ansioso por sentirlo enterrarse en su interior. Su aroma se intensificaba para volver más salvaje a su rubio caliente. Naruto se dio prisa. Soltó sus manos y liberó su miembro duro. Se fue colocando en cuclillas lentamente, haciendo que la espalda de Sasuke se deslizara por la madera de la puerta, y cuando llegó al final, Naruto irguió levemente a Sasuke con sus fuertes brazos y dirigió con una de sus manos su erección a su entrada. Se comenzó a enterrar lentamente ahogando cada uno de sus gemidos en la boca ajena.

-No sabes cuánto extrañaba esto... -Le confesó Sasuke cuando ya estaba completamente empalado en su gran miembro.

-No te recordaba pero eso no significa que no me sintiera vacío sin ti, Sasuke. Estás tan profundo en mi corazón que no tenerte es doloroso. Ahora comprendo que eras lo que me hacía falta-ttebayo... -Le dijo quieto mientras hundía su cabeza en el hueco de su cuello.- Ahora me siento completo. -Besó su clavícula.

-Perdón por hacernos eso. -Acarició sus cabellos.

-Hay que recuperar el tiempo perdido, gatito... -Le dijo con una zorruna sonrisa de medio lado comenzando a moverse.

Su relación se había dado de la manera más inesperada. Hace cerca de quince años Naruto llegó a instalarse en Tokio. Había pasado las últimas décadas en el país. Había protegido Okinawa, Kioto, y otras ciudades menos populares. Pero al menos llevaba unos cincuenta años ininterrumpidos en la zona. Tras la apertura a los extranjeros tras el final de la segunda guerra mundial, su aspecto no llamaba tanto la atención y podía sentirse más cómodo trabajando ahí.

Podía ser asignado a cualquier lugar del mundo pero le gustaba la zona, su cultura y había creado grandes lazos con humanos y cazadores que se encontraban asentados ahí.

Shikamaru era uno de ellos. Era un humano que tuvo la mala suerte de encontrarse envuelto con devoradores. Una noche, él y su padre fueron acorralados por una pareja de estas bestias. Con total terror fue testigo de cómo devoraron a su padre frente a sus ojos cuando él no tenía más de diecisiete años. Él era claramente el siguiente en su menú de no haber sido por la hermosa rubia que apareció en su defensa con su enorme abanico. De eso habían transcurrido más de treinta y cinco años. Temari y sus hermanos Kankuro y Gaara llegaron en su defensa y neutralizaron a semejantes bestias salidas de la nada. Para Shikamaru, quien ya había perdido a su madre cuando niño por una enfermedad, fue brutal perder a su amado padre por quien sintió que no pudo hacer nada para salvarlo, por lo que a pesar de su gran pérdida, utilizó su sublime inteligencia para adentrarse en ese desconocido mundo de muerte y hambre.

¿Y tú quién eres? [Naruto y Sasuke]Where stories live. Discover now