Lana Del Rey - Tropico (Traducción al español)

Tropico

Adán (Shaun): ¿Sabes que no va a ser siempre de esta manera, cierto?

Eva: Si.

Adán: Así que sólo cálmate, ¿está bien?

Eva: Si.

John: Sólo recuerda, siempre estaré ahí para ti.

***

Eva:

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura. Hambrientos, histéricos, desnudos, arrastrándose pro las calles negros al amanecer buscando una dosis furiosa. Hipsters con cabezas de ángeles quemándose por la antigua conexión celestial al estrellado dinamo de la maquinaria nocturna, quienes pobres, vestidos con andrajos y con los ojos hundidios y altos fumaban en la oscuridad sobrenatural de los fríos pisos, flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz, quienes expusieron sus cerebros al cielo contemplado a los ángeles musulmanes tambaleándose en los techos de apartamentos iluminados. Quienes pasaron por las universidades con los ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra, quienes fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera, quienes se encogieron sin afeitar y en ropa interior, quemando su dinero en papeleras y escuchando el terror  a través de las paredes, quienes se jod***** sus pelos al volver de Laredo  con un cinturón de marihuana para New York, quienes comieron fuego en hoteles coloreados  o bebieron trementina en Paradise Alley. Muerte o purgaron sus torsos noche tras noche con sueños, con drogas, con pesadillas despiertas.

Y entonces, desde haber sido creados a su semejanza a ser desterrados por querer ser demasiado iguales a él, fuimos expulsados y el jardín de Edén se transformó en el jardín del mal.

Los Ángeles, la ciudad de los ángeles, la tierra de los dioses y los monstruos. El punto medio del reino donde sólo las decisiones que hiciste por voluntad propia decidirán el destino final de tu alma. Algunos poetas llaman a este lugar "la entrada al inframundo" Pero algunas noches de verano se puede sentir como el paraíso, el paraíso perdido.

María: Querido John perdona nuestros pecados, creador de todo perdona nuestros pecados.

John: ¿Me preguntas por qué la amo? Bueno, dame un segundo y lo explicaré. ¿Haz visto un atardecer de Kansas o una lluvia de Arizona? ¿Te haz dejado fluir por un bayou en el camino hacia Louisiana? ¿Haz visto la neblina fría flotando sobre la bahía de San Francisco? ¿Haz escuchado una codorniz llamando en los bosques de Carolina? ¿O escuchado el ruido del diesel en las minas de Appalachina? ¿Te emociona el llamado del Niagara cuando oyes sus aguas rugir? ¿Miras con temor y maravilla a las costas de Massachusetts donde los hombres desafiaron un nuevo y duro mundo y pisaron por primera vez en Plymouth Rock? ¿Y piensas en ellos cuando paseas por la acadera de New York? ¿Haz visto flotando muy arriba en las Montañas Rocosas un copo de nieve? ¿Haz visto el abrazador sol bajando desde un brillante cielo de Nevada? ¿Aclamas a Columbia mientras ella corre hacia el mar o inclinas tu cabeza ante Gettysburg  en nuestro intento de ser libres? ¿Me preguntas por qué la amo? Tengo un millón de razones. Es mi hermosa América bajo el amplio cielo de Dios.