1. Monsters

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Era treinta y uno de octubre, noche de Halloween, y Amaia terminaba de calzarse las botas antes de bajar a preparar el resto de su equipo para salir a patrullar. Los cazadores de sombras no podían disfrazarse y salir de fiesta como hacían los mundanos, aquella noche la frontera entre dimensiones se desdibujaba y ellos debían combatir a los demonios que consiguieran entrar en su mundo. Además, debían controlar que ningún subterráneo violara las leyes de los Acuerdos, aprovechando que era la única noche del año que podían caminar entre los mundanos sin ocultar su naturaleza.

Cuando terminaba la segunda lazada, el golpeteo de unos nudillos resonó en la puerta. Se levantó a abrir, encontrándose con el rostro serio de Aitana.

─Álvaro nos espera abajo con instrucciones. Creo... creo que ha pasado algo grave.

Por toda respuesta, Amaia cerró la puerta de su cuarto y siguió a la morena escaleras abajo.

Ya en la planta baja se dirigieron hacia la biblioteca, al final del pasillo, donde solían planear las misiones.

A medida que se acercaban, la discusión que tenía lugar al otro lado de la puerta se hacía más audible.

─¡No me va a pasar nada!

─¡Es peligroso, Raoul! ¡No vas a ir y punto!

Pese a llevar apenas dos meses allí, Amaia sabía diferenciar perfectamente cuándo Álvaro se dirigía a sus hermanos como tal y cuándo ponía su tono incontestable de director de Instituto. Sin embargo, pensó Amaia, Raoul no parecía conocer la diferencia.

─¡Ya sé que lo es, pero no pienso quedarme aquí!

Las dos chicas cruzaron una mirada desconcertada y se apresuraron a llamar a la puerta.

Álvaro pareció aliviado al verlas, mientras que Raoul suspiró, esbozando rápidamente una sonrisa resignada ante la irrupción.

─¿Interrumpimos algo? ─preguntó la castaña.

─No, no, pasad ─el mayor hizo un gesto para que se acercaran, acompañándolo de una sonrisa tranquilizadora─. Aitana, tú y Raoul os quedáis aquí, necesito que me informéis si ocurriera algo más.

─Está bien ─asintió la morena, atusándose el flequillo y buscando la mirada de Raoul, que mantenía fija en uno de los cuadros que decoraban la pared, tratando de contener su enfado─. ¿Nerea y mi hermano aún no han bajado?

Pero antes de que los hermanos pudieran contestarle, los nefilim más jóvenes del Instituto entraron por la puerta, ataviados con el uniforme de batalla, fabricado en cuero negro resistente al veneno demoníaco, pero a su vez flexible para permitir el movimiento.

─Ya estamos listos ─declaró Nerea con su usual jovialidad, ignorando la discusión que sus hermanos acababan de mantener. A su lado Alfred sonrió, ambos deseando participar en una de sus primeras misiones oficiales.

Álvaro asintió lentamente, pensativo, antes de volver a hablar.

─Vosotros dos y Amaia os venís conmigo, vamos a investigar un asesinato.

Amaia emitió un oh, conmocionada, mientras que los dos más jóvenes miraban ojipláticos al director del Instituto. Este, sin embargo, les devolvía una mirada paciente, esperando el momento para continuar hablando.

>> Ha sido en el Mercado de las Sombras, hay que darse prisa, tenemos que llegar antes de que algún listillo haga desaparecer el cuerpo, así que en marcha.

Al Mercado de las Sombras, se dirigían el Mercado de las Sombras y Amaia era incapaz de ocultar su emoción. Pese a las trágicas circunstancias que les llevaban hasta allí, como parte de una misión de la Clave, sabía que aquel lugar era apenas frecuentado por los Cazadores de Sombras, un lugar casi prohibido para ella y los suyos.

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⏰ Last updated: Nov 03, 2019 ⏰

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