Daddy

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El castaño se encontraba vistiendo al más pequeño de los Jeon. Un niño pequeño de 6 añitos con anteojos, de cabellera azabache y piel nieva.

TaeHyung cuidaba niños los fines de semana para pasar el tiempo y no aburrirse en casa.
Cada fin de semana tenía trabajo en la casa de los Jeon, sólo cuidaría al hijo más pequeño, pues el segundo hijo tenía 20 años pero rara vez estaba en casa. Según la descripción de los señores Jeon, el chico tenía tatuajes casi en todo el cuerpo. Pese a que llevaba tres meses cuidando al pequeño jamás vio al hermano mayor.

[...]

El castaño bostezo mientras peinaba el cabello del azabache.

— Mi hermano JungKook dice qué eres muy bonito — dijo el pequeño jugando con sus débitos — , ¿crees que debería decírtelo en persona?

Tae se sonrojo.

— Sí, eso estaría bien.

Minutos después el pequeño volvió a hablar.

— Tae, tengo sueño — puchero el pequeño.

— ¿Quieres ir a dormir, cariño?

El azabache asistió bostezando y extendiendo sus brazos para que TaeHyung lo cargara. El castaño lo tomó en brazos y lo llevó hacia la habitación del pequeño, dejándolo en la cama, donde casi al instante se durmió.

TaeHyung decidió esperar a los señores Jeon en la sala pero un ruido se lo impidió. El ruido provenía del cuarto de JungKook — según el pequeño Jeon —.

El castaño algo temeroso se acercó al cuarto del hijo mayor de los Jeon.
La puerta estaba entre abierta, el cuerpo semi desnudo de JungKook estaba recostado en la cama, un cuerpo con piel nieva y marcaba por el ejercicio, su cabello azabache caía sobre su frente sudada, y joder su rostro era un maldito poema. Ah, no olvidemos sus tatuajes, que le hacían un complemento perfecto. De su boca salían gemidos y gruñidos de satisfacción, y un nombre.

El corazón de TaeHyung latía desenfrenadamente y ni hablar de sus mejillas sonrojadas. Un pequeño jadeo salió de boca ante la excitante imagen que presenciaba. Santo Dios, estaba gimiendo su nombre. No sabía cómo sentir, pero antes de que pudiera decidirlo un gemido proveniente de Jungkook lo interumpio.

TaeHyung no pudo resistirse más y nublando todos sus sentidos, entró a la habitación del azabache. Entonces pudo ver la dura polla de JungKook y cómo este la tomaba con una mano. 

— ¿Sabías que estaba escuchando?— preguntó incrédulo.

— Claro que si, ahora ven y móntame — ordeno con una voz ronca. Sin embargo el castaño se quedó parado, completamente en blanco.

— TaeHyung — insistió JungKook tomando la mano del castaño.

— Yes, Daddy?

Los ojos de JungKok se abrieron de en par en par, totalmente sorprendió por la respuesta.

— Hmm, no me molesta que me digas Daddy — hablo burlón. 

— Soy mayor que tú — murmuró sonrojado

— Vamos lindo, trae tu lindo culo aquí, ¿o prefieres que te diga Hyung?
Vamos vuelve a decirlo, dime Daddy una vez más.

El castaño negó con la cabeza, JungKook se levantó de la cama y acorraló a Tae en la pared, restregando su miembro en el contrario. JungKook tomó con posesion los labios de TaeHyung entre los suyos, adentrando su lengua en la cavidad del contrario. El la habitación resonaban los chasquidos de los besos y los jadeos de ambos.

JungKook se separo y dijo:

— Sólo una vez, lindo, dilo una vez más.

— Yes, Daddy.

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