No valoras algo hasta que lo pierdes

Capítulo 2

Tyler me hacía sentir única. Era una sensación prácticamente imposible de explicar. 

- Hoy es domingo, toca noche de preguntas. -le dije a Tyler susurrando para que no me oyeran mis padres, ya que si supieran que estaba en videollamada con mi mejor amigo a las tres de la mañana no estarían muy contentos.

- Está bien, pero empieza tú.

- Sabes lo mal que se me da hacer preguntas, pero tú mismo. ¿Qué es lo que más te molesta de mí?

- Siempre estás igual, preguntando cosas negativas, y no te voy a responder a eso porque no hay nada que no me guste de ti.

- Ay Tyler no me mientas joder, sabes perfectamente que tengo millones de defectos, y tiene que haber algo que odies de mi, o al menos que no te guste que haga.

- Está bien, no me gusta que hagas ese tipo de preguntas. Así que venga, pregúntame otra cosa.

- ¿Que es lo que más te gusta de mi?

No sé por qué he preguntado eso. No tengo ni puta idea.

- Tu manera de pensar. Tu manera de debatir cualquier cosa y salir ganando siempre. Tus ojos, ya sabes que me flipan tus ojos. Nunca había conocido a nadie con unos ojos tan instensamente verdes como los tuyos. Tus labios, que siempre están rojizos, haga frío o calor, tienes un color de labios por el que cualquier tía mataría. Y por último tu cabello. Parecen hilos de oro.

Estaba impresionada. No sabía que responder a todo esto. Mi cara ardía y el lo podía notar a la perfección por la cámara. 

- Wow, estoy sorprendida, nunca me hubiera imaginado que pensabas eso de mí. -contesté yo.

El tan solo se rió levemente y empezó a imitar mis caras como siempre.

No entendía nada. Él siempre me ha hecho sentir especial y mejor que nadie. Pero nunca me había dicho esto.

Seguimos hablando hasta tarde, hablando de nuestras virtudes y defectos, hasta que llegamos a un punto de la conversación en el que me quedé perpleja.

- Hay algo que debo decirte. -me dijo nervioso, con un tono levemente preocupado.

- Dime, sabes que me puedes contar cualquier cosa. -le contesté en seguida.

- ¿Sabes la diferencia entre que te gusta alguien y estar realmente enamorado?

Me esperaba de todo menos esa pregunta.

- Claro, te pueden gustar miles y miles de personas a lo largo de tu vida, pero cuando te enamoras es algo especial, algo único, cuando la única persona que te importa en ese momento es la persona de la cual estás enamorado. Y le quieres.

- Exacto. Pues déjame contarte una historia.

Asentí.

- ¿Te acuerdas del día en el que vine al instituto? Pues des del momento que te vi me gustaste. Te lo he querido decir desde hace mucho tiempo, pero no ha sido hasta hoy cuando he podido decírtelo. Des del momento en el que me senté a tu lado, me hiciste reír y me hiciste sentir como en casa. Y ha medida que te he ido conociendo, me ha sido gustando más y más.

Creo que me va a dar una paro cardíaco, ¿yo gustándole a alguien? Tiene que ser una puta broma.

- Pero espera...¿Estás enamorado?

- Sí.

Ni me di cuenta de cuando hice la pregunta ni de que el me respondiera tan repentinamente. Estaba siendo valorada por alguien. Por la persona que más me conocía en el mundo.