Mi amor hacia tí [Gilthunder x Tú]

XII

-Haber si entendí...¿Debo usar esto para conseguir información del paradero de los mandamientos?

Después de la pequeña visita del pecado de la ira a los mandamientos, estos habían desaparecido junto a todo rastro demoníaco, en busca de un poder mayor.

-Exacto-el rubio sostenía entre sus brazos un traje algo diferente al de la taberna.

-¿Pero...no crees que es extraño?, digo despues de atemorizar a las aldeas simplemente se los trago la tierra.

-Es sólo algo temporal Lya/__ en cualquier momento atacaran Britannia, ningún lugar será seguro después de eso...ahora ponte este traje e investiga con los clientes si han visto cosas extrañas por aquí, ¿si?

-Entiendo..amm...¿No tendrás algo menos revelador a esto?-El traje nuevo era algo corto y pegado a su cuerpo que no dejaba para nada la imaginación, lo acompañaban unas medias negras junto a sus botas.

-Sólo serán unas horas, después podrás quitartelo, tal vez le puedas pedir ayudar al pequeño Gil a que te ayude con eso último- Murmuró en su oído con una mirada pervertida.

-¡SERAS!-Meliodas esquivó la mano de ella-¡Ya te dije que no digas cosas asi!

-Bueno, bueno...-la tranquilizo-ya me voy, te espero abajo-el capitán salió de la habitación.

-No ha cambiado nada...

La taberna estaba llena de personas, nisiquiera con ayuda de los caballeros se daban basto, en la cocina suplantando el puesto de Ban, Hendrickson cocinaba con ayuda de King, quien refutaba por estar cerca del albino, Meliodas servía bebidas junto a Howzer, la princesa Elizabeth y Gilthunder tenían el rol de meseros.

En cuanto al rey Arturo y Merlín habían vuelto al reino de Camelot, Slader y Gowther los habían acompañado.

Al bajar su tarea se basó en pedir la orden a las personas que llegaban junto a los otros dos.
Por ratos sentía una mirada sobre su persona, disimuladamente al voltear la mirada azul de Gil chocaba con la suya poniéndola nerviosa.

Al final del día el grupo tomaba en un ambiente ameno, o bueno, casi todo el grupo.

Sentada en los escalones de la entrada, la mujer de ojos ambar, admiraba el paisaje de Britannia, como había extrañado la hermosa vista de la naturaleza y estaba tan concentrada en lo que veía, que no se dio cuenta cuando alguien tomo lugar a su lado, hasta que una manta cayo a sus hombros.

-Deberías entrar-La persona a su lado contemplaba su rostro-la temperatura baja más al anochecer

No necesito voltear a ver quien era, porque sabia la respuesta.

-En un momento entraré...-susurro.

El silencio abordo el lugar, un silencio cómodo y tranquilo, de reojo observó bien el traje de él, portaba uno negro elegante junto a su corbata roja, el vestuario se apegaba a su musculatura dandole un aire sensual.

- ¿Puedo besarte?-El cuerpo de Gilthunder se pego al de ella y suplico mirándola a los ojos-...porfavor

-¡...! -Por un momento se preguntó así misma el haber escuchado mal o si era producto de la bebida que minutos antes ambos habían ingerido.

La distancia entre ellos se hizo corta y para ese entonces dejó de pensar en aquello y se dejó llevar.

Ambos labios se rozaron y se besaron, el beso que ambos anhelaban.
La temperatura subió en ambos cuerpos y la cordura de los dos se disipo, tal vez porque inconcientemente ambos se deseaban y no había nadie en ese momento tan íntimo, Gil bajo sus besos al cuello de ella sacándole más de un suspiro mientra ella se aferraba a su chaqueta ya arrugada.

Una vez más se besaron antes de que nuevamente los interrumpieran. De no haber sido tal vez llegarían más lejos.

-¡CHICOS!-El grito del cerdo fue tan fuerte que al separarse ambos se habían golpeado la cabeza.

Gil sujetaba su chichon lanzando una mirada tan furiosa, que las pequeñas patas del cerdo empezaron a temblar mientras se alejaba.

-Me-Meliodas les h-habla...¡Elizabeth! -Hawk salio corriendo asustado en busca de la princesa.

-Auch...

Antes de ingresar a la taberna el tirón en su corbata le hizo agacharse, Lya/__ beso una vez mas los labios del caballero y entro dejándole aturdido y con un gran sonrojo en su rostro.

Una vez dentro el grupo estaba dividido en tres grupos.

- ¡Que bueno que llegan!, espero que no los hayamos interrumpido-Meliodas sonreía mostrando los dientes.

-Oh, ¿enserio?-La voz fastidiada de la peli-verde provoco la risa del rubio.