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Nota de autor: Sugeriblemente reproducir la canción de multimedia

La noche cae en Auradon, pintando el cielo con estrellas y disipando las nubes blancas que adornaban el cielo en el día, Hades mira por el balcón de la habitación que se le fue asignada cuando decidió quedarse en el castillo de los Beast con la excusa de pasar tiempo con Mal, ahora no está realmente seguro de que Mal sea la única razón que tiene para quedarse ahí.

Un suspiro pesado escapa de su boca, girando su vista hacia la habitación de paredes azules. Ve a su hija sentada sobre la cama, dando pequeñas palmaditas al colchón, indicándole que se siente a su lado. El accede sin objeción.

-Papa, has estado bastante desanimado desde que llegaste esta tarde, ¿todo está bien?
-Claro, ¿por qué no habría de estarlo.
-Eso mismo me pregunto yo, papá. Pero bueno, podemos hablar de eso después, ¿sabes dónde está mama? No la he visto desde esta tarde.

Hades muerde su labio inferior con nerviosismo y un pequeño sentimiento de preocupación, se debate mentalmente si es buena idea contarle a Mal lo que pasó después de su pequeña persecución.

-No tengo ni la menor idea- Responde finalmente -Y tampoco me interesa saberlo.

Mal opta por creer en la palabra de su padre, solo por esta vez.

. . .

Maléfica se pasea por el Páramo por novena vez consecutiva, quiere distraerse y callar sus pensamientos aunque sea un rato, sin embargo, es inútil. No puede sacarse a Hades de la cabeza.

Resignada se sienta en un tronco, acunando su cara sobre sus propias manos y sumiendose en sus pensamientos, recuesta su espalda sobre el árbol que está detrás de ella y una pequeña corriente eléctrica recorre toda su espalda. Con rapidez voltea su mirada al tronco y se encuentra con un corazón tallado en la corteza de aquel árbol. Una sonrisa de nostalgia se marca en sus labios, pasa las yemas de sus dedos con cuidado por el corazón, deteniendo estás en la inscripción que yace dentro del tallado.

-Por siempre y para siempre- Lee las palabras talladas sintiendo la amargura en sus hablar, llenándose la cabeza de recuerdos.

Apoya la cabeza sobre la corteza del árbol, cerrando los ojos pausadamente y abriendolos una vez más, sintiendo su corazón estrujarse al ver ese corazón.

-¿Por qué?- Pregunta en un susurro -¿Por qué si éramos tan felices nos alejamos? Me prometiste tantas cosas que al final hoy me hacen daño, ha sido tanto tiempo desde la última vez que nuestros labios se tocaron.

Paso su pulgar con cuidado por sus labios, se sentían tan incompletos si no era él quien los tocaba.

-Una primavera, dos veranos, un invierno y siete infiernos duelen tanto, me dueles tanto, yo nunca renuncie a quererte- Habla para sí misma como si el estuviese ahí -¿Acaso mí corazón no fue suficiente? Cada recuerdo paraliza el tiempo, cada segundo sin ti se vuelve un año, y me maldigo por este sufrimiento. Y te maldigo por hacerme daño.

Lleva sus manos a su pecho, tocando el lugar donde se sitúa su corazón, sintiendo los latidos lentos y el dolor invadir esa área de su pecho. Cierra los ojos, apretando con fuerza, luchando por no llorar.

-¡Yo también tuve la oportunidad de hacerte mierda, Hades! Pero aún así no lo hice, yo sí te quise lo suficiente para no hacerlo- Siente sus rodillas temblar ante tales palabras -Supongo que los villanos no tienen su felices para siempre.

A su lado ve el montón de flores, tomando una rosa de color azul, admirandola con cuidado, tocando sus pétalos con la yema de sus dedos, una risa seca brota de su pecho. ¿Por qué el destino se empeñaba en recordarle al hombre de cabellera azul? Ni ella misma lo sabe. Solo quiere deshacerse de su recuerdo, quiere dejar de amarlo, quiere dejar de llorar por el, quiere odiarlo como tanto dice. Quiere odiarlo, pero desgraciadamente lo ama, odia amarlo.

La sensación de soledad, de sentir ese lugar tan vacío si él no es quien la acompaña, se abraza a si misma buscando abrigarse del frío de aquel lugar, sintiéndolo aún, ya que no es el quién la abriga.

-¿Como puedes ser tan fuerte? Dime qué se siente poder olvidar tan fácil a las personas con las que has compartido tanto. Tu te inventaste mariposas, y ahora solo somos dos extraños con recuerdos en común. Pero ¿sabes? Lo peor de todo es que yo no te he olvidado, yo no te odió como tú me odias a mí, yo te sigo amando tanto como te lo confesé en este mismo lugar hace e de dieciocho años- Mira hacia el cielo estrellado y la luna llena que pintan al cielo en un paisaje tan bonito -Te confesé lo que sentía en una noche tan linda como esta, siendo la luna nuestra única confidente, al igual que esa noche en la isla donde yo me entregué a ti por amor.

Pasa una de sus manos por su cabello, tirando de este con fuerza, limpiando las lágrimas que corrían por sus mejillas, las cuales tenían un color rosado. Suspira levantándose del lugar donde esta, sintiendo sus músculos tensos debido al cansancio, y no, no era cansancio físico, era cansancio emocional.

-Y en esta misma noche de luna llena, en el mismo lugar donde te confesé mí amor, en el mismo lugar donde me prometiste un juntos para siempre, yo me despido de mí amor por ti, Hades. Le digo adiós a los recuerdos, le digo adiós a mis ilusiones de poder tener una segunda oportunidad contigo, te digo adiós a ti. Aquí me despido de todo este amor que siento por ti, y que espero algún día se valla tal y como lo hiciste tú.

Mira el corazón tallado una última vez, antes de girar e irse, luchando por no mirar atrás, luchando por no llorar una vez más, luchando consigo misma y con sus sentimientos.

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¡Hi hi mis queridos lectores! Tiempo sin vernos, ¿No? Jsjs.
En fin, este es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora, casi mil palabras xd.
Díganme ¿Que tal les pareció el capítulo?
Sin más que decir, me despido, nos leemos en el siguiente

Un siglo, y algo masWhere stories live. Discover now