Una historia cortita sobre la vida y los romances en un colegio cualquiera de una jungla cualquiera con cualesquiera cantidad de animales, que no deberían estar reunidos, pero que sin embargo lo están.
Republicación en el décimo Aniversario.
Segund...
Los días pasaban tranquilos en el Colegio n°10 de la jungla, aunque de vez en cuando ocurría algún disturbio producto de algún lío amoroso o del ajustado (y muchas veces dudoso) resultado del partido de pelota del recreo. En los partidos quienes nunca lo pasaban muy bien eran el armadillo que oficiaba de balón y las hermanas jirafa que con sus largas piernas hacían de arcos. Otro que no la pasaba tan bien era el tigrecito, pues las damas de la clase se lo peleaban constantemente al encontrarlo adulto y varonil debido a sus bigotes.
Pero había quien la pasaba aún peor.
Ella era la niña jaguar que siempre estaba muy sola y se sentaba en una esquina y todos los otros animalitos apartaban sus bancos de ella para no estar cerca porque le tenían mucho miedo.
En realidad su apariencia era bastante feroz, colmillos prominentes y una mirada fría como un glaciar, aunque sobre todo era temida por las afiladas garras de su patita derecha. Sin embargo la niña jaguar en realidad no era un mal felino y en el fondo era bastante noble como suele suceder con los animalitos que están solos o que son distintos a los demás.
Pues bien, la mala fama se la había hecho al salir en defensa del armadillo la primera vez que intentaron usarlo como balón de fútbol, pues es evidente que a nadie le gusta ser pateado ni cabeceado.
En esa ocasión la niña jaguar se enojó tanto por lo que le hacían al pequeño armadillo que le hizo cortes tan terribles a la mitad de los jugadores que de sólo recordarlos les duele y desde entonces todos le temían profundamente.
Un día a mediados de año llegó al colegio un estudiante extranjero de intercambio, un simpático perrito terrier inglés. Al llegar el perrito inglés causó gran emoción entra las niñas animalitas del curso, tanto que el tigrecito se sintió aliviado de poder descansar un poco de la exagerada atención femenina aunque por cierto se sintió también un poco celoso del recién llegado.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Lo curioso del perrito inglés era que hablaba español y también inglés aunque a veces se confundía y hablaba un idioma en vez del otro y no se le entendía mucho. Un día saludó a la hermosa gacelita y le preguntó "How are you?", pero la gacelita (que no entendía nada de inglés) no comprendió lo que le dijo el perrito porque ella escuchó simplemente "¿Jaguar tú?". Así le pasó también a la elefantita y a la monita y en el colegio se corrió la voz de que el perrito inglés andaba buscando a la niña jaguar, y como los rumores son más poderosos que muchas cosas en el mundo, el rumor se las ingenió para llegar a los agudos oídos de la niña jaguar quien se sorprendió mucho de que el apuesto y tierno perrito estuviese preguntando por ella e inmediatamente su corazón comenzó a palpitar más fuerte y se sintió enamorada de él, aunque tristemente toda esta situación era un error, pues en verdad el perrito inglés ni siquiera se había dado cuenta de que ella estaba en la clase.
Como el perrito estaba recién llegado, los niños del curso decidieron jugarle una broma y un día se las ingeniaron para hacer que el perrito entrara al baño en donde se encontraba también la niña jaguar sola y los encerraron dentro. La niña jaguar al ver al perrito se emocionó mucho y hasta el pelo de las mejillas se le puso colorado y la cabeza le empezó a dar vueltas y no pensaba con claridad, entonces el perrito al darse cuenta de que estaría encerrado un buen rato decidió ser cortés con la niña jaguar y le preguntó amablemente cómo estaba, pero una vez más lo hizo en inglés
"How are you?".
y la niña jaguar al igual que las otras niñas del curso sólo escuchó "¿Jaguar tú?", a lo que respondió en voz baja y vergonzosa
"Sí, yo soy jaguar".
Pero como el perrito quería en verdad saber como estaba ella, le volvió a preguntar "How are you?" y esta vez la niña jaguar no le contestó pues pensó que el perrito estaba jugando con ella, y cuando le preguntó por tercera vez "How are you?" la niña jaguar se enfureció y olvidó completamente su amor y se abalanzó sobre el pobre perrito inglés y comenzó a darle de zarpazos.
El perrito inglés entonces empezó a aullar y pedir auxilio, lo que le pareció muy divertido a los niños animalitos que estaban afuera hasta que en un momento el perrito salió disparado a través de una pequeña ventana del baño y cayó todo magullado al piso, muerto del miedo y todo arañado y entonces se dieron cuenta que la broma se les había ido de las manos y se fueron corriendo cobardemente dejando al perrito todo maltrecho en el piso, excepto por el monito que llamó a sus amigas jirafitas y juntos por un lado atendieron al perrito y por otro intentaron calmar a la niña jaguar que ya había logrado escapar del baño y quería seguir atacando al perrito, con la clara intensión de hacerlo pebre.
Mientras curaban al perrito antes de que llegara el orangután (el director del colegio), el monito, que sabía algunas cosas de inglés porque le gustaba mucho ver películas en TV por liana (porque no hay cable en la jungla pero si hay muchas lianas) le explicó a la niña jaguar que el perrito sólo le preguntaba cómo estaba ella porque era muy cortés y entonces ella muy avergonzada con él le pidió perdón y comenzó a lamer sus heridas (que por cierto eran muchas y algunas bastante preocupantes) así que de a poco el perrito le fue perdiendo el miedo e incluso se fueron haciendo amigos y todos quienes miraban la escena desde el segundo piso vieron que la niña jaguar en realidad era bastante tierna y buena, y que el perrito la miraba con ojitos enamorados también. Sin embargo la niña jaguar aún tenía que ajustar cuentas con quienes la habían encerrado en el baño, así que su nueva buena fama no le duró mucho tiempo, pero eso ya es harina de otro costal.
