Tú, yo y ella. (Completa)

EP. 12 "Estúpido, Shawn"

Al día siguiente lo qué me despertó fue mi teléfono lleno de notificaciones y en noticias relevantes como título en grande "El accidente de Shawn Mendes".
Me alteré, rogando que fuese una broma.
Entre Twitter, y estaba lleno de eso. Imágenes del auto de Shawn hecho mierda.
Me levanté de la cama, cogí los primeros pantalones que ví y baje corriendo las largas escaleras. Tomé las llaves de mi auto y entre en él.
Mi iPhone sonó.
Número desconocido
Deslice para atender.

—¿Camila?—.

—Sí ¿Quien habla?—.

—Drake, amigo de Shawn, llamaba para avisarte qué...

—Estoy enterada, ¿Qué hospital está?—.

—Es demasiado grave...— hizo una pausa —Está en terapia intensiva—.

—Necesito la ubicación, ya estoy en el auto conduciendo sin rumbo fijo—. Ya estaba demasiado alterada como para ser cortés.  No tenía idea de quién era ese tal Drake.

—Te lo mando por WhatsApp—.

Finalicé la llamada y seguí conduciendo. No sabía que hacer, ni a dónde ir, mucho menos a quien llamarle.
Esperaba con ansias que llegase ese mensaje con la ubicación del hospital, estuve apunto de impactarme con dos carros, pero gracias a mis reflejos no pasó nada.

Llegó el mensaje, puse Google maps y seguí indicaciones.

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Al llegar al hospital ya estaban sus padres y Aaliyah, quien apenas llegué corrió a abrazarme.

—Camila, ¿Dónde está Shawn? Creí que vendría contigo...—.

Seguro sus padres no le habían explicado lo ocurrido, puesto que a sus escasos 10 años le es difícil entender la situación.
Me giré a ver a sus padres. Karen tenía los ojos inundados de lágrimas y Manuel portaba un rostro frío y sin expresión alguna. Tragué saliva y le dije.
—Ya vendrá, cariño—.

Me acerqué hasta Karen, y le tomé las manos.

—Yo no sabía...— dije.

—Creímos que iban en el mismo auto...—

—No, el salió desde temprano, no me dijo a dónde iba...—.

—Que raro, mi hijo no toma alcohol, no sé que le está pasando...—.

—¿Estaba conduciendo bajo efectos de alcohol?—.

—Según Drake, sí—. Su rostro se giró para ver al dichoso Drake, quien estaba en una esquina en la sala de espera.

Me acerqué a él.

—Lo retamos...—. fue lo único que dijo y se mantuvo cabizbajo.

—¿Perdón?— me llené de rabia —¿Acaso tienen 17-18 años para andar con retos estúpidos? Se está jugando la puta vida ahí adentro...—.

—Camila, cálmate...—. me tomaron de los hombros.

—Estúpido Shawn, se cree superior por andar cumpliendo retos y ahora ahí está, entre la vida y la muerte—.

Me senté en los sillones de la sala de espera. Literal, esperando noticias nuevas de su salud. Pero pasaron algunas horas y todo seguía igual, me había bebido un par de vasos de café, creo eran más nervios.
Por fin se acercó un doctor y lo único que dijo es que estaba en estado de coma y no sabían cuándo despertaría.

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Regresé a casa luego de un largo día, me di una ducha caliente, mi mente estaba en blanco.
Con la única persona que quería hablar era con Shawn, necesitaba un par de explicaciones, ¿Acaso nuestra pelea mi había orillado a beber y casi quitarse la vida? Me siento demasiado mal, momentos antes le había pedido que se fuera de mi casa, y ahora la culpa no me cabe, quisiera que estuviera bien, que pronto saliera de esto, desearía que solo fuese una terrible pesadilla y simplemente despertar en cualquier momento.
Entonces empecé a pellizcarme el brazo, cada vez lo hacía más fuerte que la anterior.
Mi iPhone sonó, de inmediato atendí sin ver el número.

—¿Sí?—.

—¿Camila? ¿Todo bien?—. Reconocí su voz.

—Lauren, no, todo está mal. Shawn está en terapia intensiva jugándose la vida y me siento mal—.

—¿Y por qué te sentirías mal?—.

—Le pedí el divorcio, pero no de buena manera—.

—Ya era hora...—.

—No estoy jugando, Lauren. Él me violó—.

—Cariño, es tú esposo, sabíamos que pasaría—.

—No, Lauren, él tomó mi culo sin piedad, no sabes lo que sufrí—.

—Hijo de la gran puta, ojalá se pudra ¿Cómo se atrevió?—.

—Le supliqué que parará—. No pude contener más mis lágrimas, me eché a llorar como un bebé.

Realmente me sentía muy jodida, no importa que sea tú pareja, tú esposo, o aquel que creas el amor de tú vida, si tú no quieres, él no tiene ningún derecho de tocarte. Eres una persona no un objeto que tiene que poseer un dueño.

—Amor...—. Lauren nunca me llamaba así. —¿Quieres que vaya a casa a verte?, No tienes porque sentirte mal, él tiene que darte el divorcio apenas abra los putos ojos y yo me voy a encargar que los abra en la cárcel—.

—Cariño, cálmate, no pienso hablar, después de todo es mi esposo... Pero eso sí, no me voy a quedar de brazos cruzados, no lo quiero más en mi vida—.

—En 30 minutos estoy en tú casa, bye—.

Finalizó la llamada. Cogí mi bata de baño, me envolví en ella y me tiré en la cama. No tenía ganas de nada.

Lauren llegó en menos de lo acordado, ni siquiera me había dado tiempo de vestirme, abrí la puerta principal y apenas entró me abrazo con fuerza, justo lo que necesitaba. De nuevo lloré.

—Tranquila, ya estoy acá—. Susurró en mi oído.

—No quería esto—. Logré decir, entre mocos y lágrimas.

—Nadie lo quiere, por mucho que quieras a tú pareja, nadie quiere que ser tomada a la fuerza—.

Me apretó con más fuerza, reconstruyendo todas mis partes rotas.

—Se merece más de lo que está pasando ahorita—.

—Yo tampoco he sido una santa, le soy infiel contigo—.

—No se compara con lo que él te ha hecho...—. se separó de mí y me miró fijamente a los ojos. —No te vas a quedar callada, tienes todo mi apoyo y estaré aquí para ayudarte en lo que pueda—.

—Los doctores no saben cuando pueda despertar...—.

—Mejor, que espere a que se me baje el coraje porque te juro que voy y lo mato...—.

—Estaré bien, pero no quiero estar con él—.

—No estarás más con él, te lo juro—. Volvió a abrazarme y después me besó despacito, la vida se me reinició.
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Lo rápido que llegamos a 1.4K me tiene impresionada. 💗