21

536 52 18
                                    

Lullaby

Querido Finn:

Soy Millie, tu hermanastra. Ya han pasado tres largos, fríos y duros meses desde que los agentes de la ciudad te encontraron inmóvil sumergido en el lago del bosque.

Karen y papá han rehecho sus vidas, de hecho, tu madre espera un hijo de mi padre (para que lo sepas).

Ha sido aplastante ver lo rápido que han superado tu muerte. Sin embargo, y para sorpresa de todo el mundo, yo no.

Aún sigo devastada, paso de vez en cuando por delante de tu dormitorio, ahora vacío, y me siento en tu cama ordenada. Las sábanas están gélidas. Echo un vistazo a mi alrededor, buscando alguna señal, algún recuerdo tuyo para coleccionar, pero nunca hay nada nuevo.

A veces abro tus cajones intactos de la ropa. Saco un par de prendas tuyas, las contemplo por un segundo y cierro los ojos. Y en mi cabeza se forma tu imagen con esa misma prenda.

Melancólica, olfateo alguna camisa tuya. La tela aún conserva tu olor, lo que provoca que mis ojos se cristalizan, dando paso a las lágrimas, y la soledad agobiante que llevo encerrada en mí es expulsada de mí a través del llanto desconsolado que comienza después.

Me provocas insomnió y duda. ¿Por qué decidiste ahogarte? ¿Por qué estabas enamorado de un fantasma?

¡Idiota, yo te amaba en realidad! Ersa tan misterioso, tan peculiar, tan silencioso y atormentado, tan... atractivo! Te deseaba para mí sola y eras la causa de mis celos, porque no era capaz de decirle a Jacob que rompiera conmigo.

¡Estúpido! ¡Perdí mi virginidad a manos de mi asqueroso novio pervertido para que al menos, te fijaras un poco en mí, y ni siquiera te diste cuenta...!

Me siento tan vacía, fuiste capaz de amar a un fantasma producto de tu imaginación antes que a mí.

Quise ayudarte y así me lo pagaste, destrozandome.

Te hecho de menos, Finnie, vuelve.

Vuelve a casa para que cuando te vea de nuevo, te pueda besar lentamente, y arrancarte la ropa en un suspiro. Y así por fin poder hacer realidad algo que nunca ocurrió.

Por favor, Finn, te amo. Y lo sabías, en el fondo lo sabías. Y... ¡maldito depravado! Leíste mi diario mientras dormía... y creíste que jamás lo notaría. Por eso, por las palabras que escribí en ese absurdo libro, sé que lo sabías.

Te necesito. Más que el aire que respiro. Supongo que yo ya te doy igual, puesto que ahora eres un ángel hermoso que jamás volverá a estar a mi lado.

Echo de menos molestarte, reírme de todo lo que hacías, espiarte mientras haces los deberes, escuchando música a través de tus auriculares viejos, de espaldas a la puerta, sin advertir mi presencia.

Sé que estaba mal, y que me odiabas, pero por dios, no era para ponerse tan melodramático y suicidarte de esa forma horrible.

Si te tuviera de vuelta, cariño, te trataría cual rey, te lo prometo. Pero antes, te preguntaría:

¿Qué se siente al morir?

¿Qué tenía esa dichosa pelirroja imaginaria que no tuviese yo?

¿Qué fue lo último que viste al morir?

¿Me has echado de menos tanto como yo a ti?

¿Puedo besarte de una puta vez?

Es imposible, lo sé, pero pensar en ti todas las horas del día se ha convertido en un hábito necesario en mi vida, puesto que no quiero acabar como tú.

Aprecio más mi vida de lo que tú hiciste con la tuya. Y entiendo que fue difícil, pero lo que hiciste fue ser un maldito egoísta y exagerar la situación.

Nunca te olvidaré, Finnie. Hasta siempre,    

Millie.


S H E [Fadie]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن