Estupefacientes e incoherencias

531 52 1
                                    

De a poco recuperé la consciencia, no tengo una fecha exacta. Solo sabía que estaba viva y que nunca iba a perdonarme. Era mi peor versión sin embargo, no me arrepentía por lo que había hecho. Yo estaba viva y aún así sentía la muerte en mi cuerpo. Los huesos se me salían no tenía pelo, era desagradable y no me importaba.  No podía soportar esa vida encerrada viendo puros médicos.

Mientras yo me desangangraba Tomás no sabía que me había pasado. Después de la charla poco coherente que habíamos tenido que conté anteriormente el habló con mi tía Emi, ella le dijo..."Sería bueno para Juli que vinieras a visitarla", el accedió y pregunto "¿puedo ir hoy? Estoy preocupado" (sí, claro.. me imagino Tomás)...

Llegó a mi casa esa misma tarde. Yo seguía bajo los efectos de los ansiolíticos así que no registré esa visita. Mis familiares me comentaron que el llegó, habló con mis viejos y mi tía. Entró a casa y me saludó. No me quiso dar un beso, eso es lo único que me acuerdo porque me hizo sentir un asco, la criatura más espantosa del universo. No sé de qué hablamos esa tarde, solo sé que estuvo 10 minutos y se fue. Capaz me quedé dormida o no lo recuerdo... no se bien, tampoco quiero preguntar a mis familiares, ya bastante sufrieron como para estar recordando esos momentos. Tomás se fue y por mucho tiempo no volví a saber de él. Se lavó las manos, como hacen todos los pibes con los que alguna vez estuve, no asumió los cargos que le tocaban, nuevamente su desapego emocional se hizo notar. Tomás era mi dios, mi ídolo y yo era su estúpida  y ciega  fan. Quizas en cierto punto puedo entienderlo, nadie quiere hacerse cargo de una persona autodestructiva con varios intentos de suicidio, dependiente e intensa.

*
*

Seguía  sintiendo el odio hacía mi, la soledad mortal. En el acto fallido que atravese, sentí que debía quedarme por mis papás pero no podía, en ese momento la muerte era sinónimo de salvación y salida para mi. No creía que alguien pudiera ayudarme a salir de donde estaba, sabiendo que muchas personas van a sufrir pero van a sufrir porque no saben que para vos la muerte es todo.

Haberme despertado después de creerme muerta fue otro motivo para querer seguir muriendo. Nunca me arrepentí, ese suceso me enseñó tantas cosas de la vida, me hizo pensar en consecuencias y razones, algunas todavía no existen, otras están en mi cabeza. Todo lo que pensaba era cómo morirme de nuevo, pasaba horas planeandolo, varias veces me daban ataques de angustia que pasaban a ser ataques de pánico.

Aquellos ataques de impotencia me hicieron caer en algo más terrible, estaba encerrada y no podía hacer otra cosa, tenía que expresar mi indignación y odio hacia mi misma y encontré un método muy eficiciente pero malo, la manera fue cortándome. Después de una crisis de llanto cuando sentía que no iba a parar, me iba al baño o a la cama y me cortaba, no lo hacía para quitarme la vida, solo quería sacarme la angustia, tristeza, el odio/amor por tomas o por mí. Una vez que veía la sangre, respiraba aliviada. Me calmaba, y casi sin pensar estaba dañándome otra vez.

ᴀʙᴢᴜʀᴅᴀʜWhere stories live. Discover now