Este es el seguimiento de mi otra historia de Imagina~Monsta X.
Deje esa historia por la razón que no pude hacerle un cambio o agregarle mas capítulos, pero aquí esta la segunda parte que será parecida a la anterior
Un día normal como todos los que tenia, estaba sentada a la orilla de río celestial tejiendo una nueva prenda para las tantas que les hago a las deidades del cielo, pero algo era diferente. Me siento como si algo me faltara...
Volteo hacia el río donde pude ver a un pez solitario nadando sin dirección alguna hasta que otro pez se le junto y juntos se fueron lejos de mi vista sin separarse. Eso era lo que me hacia falta... Alguien que estuviera a mi lado, alguien que me amara y yo lo amara, ese pensamiento me hizo entristecer mas de lo que creí y fue bastante evidente los siguientes días. Ya no hacia con tanta dedicación las prendas de las deidades, ya no me veía feliz como todos los días haciendo que mi padre se preocupara.
- Hija, ¿que es lo que te tiene de esa manera? - Dijo llegando a mi lado mientras que yo veía fijamente hacia el río celestial con una mirada de tristeza -
- Padre, ¿Algún día podre estar con alguien que me ame y yo a el? - dije sin despegar la mirada del río -
- Tal vez hija mía... - dejo salir un suspiro - y creo que ese día esta cerca - dijo para luego llamar a alguien - Joven Shin, venga por favor - hablo mi padre haciendo que yo despegara mi vista del río y voltee hacia el para levantarme y ponerme a su lado -
- Dígame mi rey - hablo el chico haciendo una reverencia frente a mi padre y mía para quedarse con la cabeza agachada -
- Joven Shin, le presento a la princesa _____ mi hija - hablo mi padre viendo al chico frente a nosotros -
El chico levanto la vista para verme directo al rostro y yo al de el... Era hermoso, con la piel blanca como el destello de la luna por las noches y tersa como la seda, unos ojos profundo que te podían ver el alma sin ningún problema pero con un toque de ternura en ellos también, unos hombros anchos y aspecto fornido, era la persona perfecta que esperaba para que me amara y yo de igual manera.
- A sus ordenes princesa - hablo el chico - Mi nombre es Hoseok, un gusto enorme conocerla - se levanto completamente pero sin dejar de verme con esos ojos únicos que solamente el poseía -
- Igual un gusto joven Hoseok - hable con una sonrisa al igual que el -
TIEMPO DESPUÉS
Lo amo como a nadie ame en toda mi vida, solo el me puede hacer feliz con una simple sonrisa. Esa persona es nada mas que mi esposo Shin Hoseok.
Aún no puedo creer que al instante en el que nos vimos a los ojos nos enamoramos el uno del otro y todo gracias a mi maravilloso padre. A las pocas semanas ya eramos inseparables y después ya nos estábamos casando felizmente pero algo paso...
- ¡¿Como es posible que ya ninguno de los dos haga su única obligación?! - Grito mi padre furioso - Las deidades se quejan de que tu ya no les tejes sus ropas - me miro con enojo - y que tu dejaras a los animales abandonados a su suerte en las llanuras del cielo - ahora miro a Hoseok - no tengo mas opción que separarlos - hablo con seriedad y eso nos hizo asustarnos y abrazarnos el uno al otro -
- Padre por favor, no nos hagas esto - hable con miedo y tristeza - el es mi vida ahora y sin el no podre vivir felizmente -
- Por favor mi rey, no nos separe se lo rugo - Hoseok se arrodillo frente a mi padre suplicando -
Pero yo conocía a mi padre y nada lo haría cambiar su decisión. Sin mas nos separo a los dos, yo de un lado del río celestial y el del contrario.
[...]
Ya tenia unas semanas separada de mi amado Hoseok y ya no podía mas, lloraba por el, me sentía destruida sin el a mi lado, decidí rogarle una ultima vez a mi padre, esta seria mi ultima oportunidad.
- Padre te lo ruego, déjame ver a Hoseok una ultima vez aunque sea - hable llorando, el dejo salir un largo suspiro -
- Esta bien, se podrán ver solamente una vez al año, cada séptimo día del séptimo mes lunar, con la condición que ninguno de los dos deje sus respectivas obligaciones y lo hagan bien - hablo con seriedad, yo solo pude abrazarlo fuertemente con felicidad aceptando el trato -
UN AÑO DESPUÉS
Ya era 7 de julio y estaba emocionada de ver por fin a mi amado. Trate de pasar el gran río pero se me hizo imposible de un momento a otro aparecieron unas bandada de grullas que se colocaron con las alas desplegadas formando un puente y supe esto era obra de mi padre. Pase ese puente improvisado y por fin puede llegar junto con mi amado para que el me recibiera con un gran beso para luego envolverme en su fuertes brazos, para yo de igual manera abrazarlo y corresponder a su beso con gusto.
Eso pasaba cada año, solo podía esperar con ansias para poder encontrarme con el y ser feliz a su lado aunque fuera un día...
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