XX

1.4K 87 43
                                    




POV Jisung

-Te voy a follar, pero tú no hagas nada. Solo lo que yo diga, ¿entiendes? Tampoco puedes quejarte.

-L-Lo que usted diga, jefe.

-Muy bien perrita -dijo Minho apoyándose lentamente sobre mí-. Prepárate.

Minho se levantó y fue hacia la habitación de al lado, donde estaban todos sus "juguetes". No vino con uno, sino con tres.

Los esparció por la cama dejándome ver un vibrador excesivamente grande, uno de sus látigos preferidos y algo que nunca había usado conmigo, una especie de arnés que a primera vista no entendía su funcionamiento. Lo que sí entendía era lo mucho que me estaba poniendo ver a Minho desnudo y poniendo lubricante al vibrador que iba a meter en mi ano.

-Enserio Jisung -me llamó Minho cogiéndome del mentón-. Para de mirarme así que me dan putas ganas de destrozarte.

-Hazlo entonces -respondí pasando mi mano por su pecho-.

Minho hizo una mueca de enfado y me giró bruscamente poniéndome boca abajo y levantándome el culo a su altura.

-E-Espera... ¡Ah!

Minho me había metido el vibrador de golpe, obviamente eso no cabía entero pero él se estaba esmerando demasiado en que entrara todo lo posible. Dolía muchísimo, ya que Minho me estaba metiendo una polla de plástico de más de 20 cm de largo y de mientras me estaba azotando las nalgas. Lo sentía mucho pero el "castigo" de Minho estaba produciéndome muchísimas ganas de correrme, dolía tanto que daba gusto.

Minho me dejó el vibrador en el ano y lo encendió haciéndome gemir descontroladamente.

-Alarga las manos -ordenó Minho-.

Cuando lo hice me empezó a poner el curioso arnés que había traído. Este me ataba las dos manos poniéndolas encima de mi cadera, haciendo que estuviera obligado a apoyarme con mi cara con el culo en pompa para sostenerme. Además también me cogía del cuello, terminando con una pequeña bola que se colocaba en mi boca. No podía quitarme ninguna de las partes de este artefacto. Ahora sí que estaba realmente atado.

-Espero que estés cómodo porque no te vas a poder mover -dijo Minho pasando las fibras del látigo por mi espalda-. Si no lo estás, te jodes.

Dicho esto Minho dio el primer latigazo, sentí perfectamente cómo las fibras del látigo se incrustaban en mi piel. Minho subió la intensidad del vibrador al máximo haciendo que prácticamente todo mi cuerpo vibrase.

Me dio latigazos uno tras de otro, mi baba se escurría entre los huecos de la bola. Quería gemir pero eso no me dejaba. También necesitaba con mucha urgencia masturbarme, mi polla estaba a punto de explotar. Entre los latigazos y el vibrador no podía más, necesitaba tocarme, pero mis manos estaban atadas y obviamente Minho me estaba castigando, no lo iba a hacer.

Me empecé a restregar como pude con las sábanas pero Minho cogió mi cadera y la separó de la cama.

-No tienes permiso para hacer eso, si te quieres masturbar te jodes. No me hubieras provocado.

Me removí descontento y giré mi cabeza para mirarle con los ojos llenos de lágrimas. Tal vez le daba lástima.

No fue así, me cogió la cabeza y la volvió a poner boca abajo.

-Te vas a correr solo con mi polla pequeñín -dijo sacándome el vibrador-.

Sentí un gran vacío en mi ano que no tardó mucho en volver a llenarse con la erección de Minho, la cual entró toda en una estocada por lo abierto que estaba ya mi entrada.

Voices [MINSUNG] (2a parte)Where stories live. Discover now