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Rachel

Hoy comenzaba el último año de Universidad y estoy sumamente agradecida, porque ya faltaba poco para dejar esta tortura, o más bien, una de mis torturas. Mi nombre es Rachel Harris, tengo veinte años y vivo junto con mi novio Kenny Sanders desde los diecisiete años. Si lo sé, sé que me mudé desde muy joven con mi novio, pero esa es una historia muy larga que pronto contaré.

Entre al baño, me quité toda mi ropa mientras miraba a través del espejo todo mi cuerpo con marcas y moretones, tratando de no darle importancia caminé hasta la regadera y me di una ducha rápida. Kenny no había llegado a dormir, discutimos por una cosa tan estupida, seguramente estaría en casa de alguna de sus "amigas" como él dice, pero prefería eso a que me estuviera atormentando este día. 

Terminé de cambiarme, me coloqué unos Joggers teddy color beige, con una cazadora del mismo color, junto con un top corto color blanco y mis tenis del mismo color. Quería tapar mis recientes marcas y creo que lo he logrado perfectamente. Hice mi desayuno con la poca comida que nos quedaba, preparé mi mochila y ya estaba lista. El celular sonó dándome un pequeño susto, porque creía que era Kenny, pero gracias al cielo era una de mis mejores amigas. Heidi Lim, si, una chica asiática demasiado alocada.

– Hola LimLim

– Oh Dios mío – Reí, no le gustaba que le dijeran así – te mataré en cuanto te vea.

– Solo era una broma.

– Lo sé nena, pero dejando a un lado eso, necesito urgentemente que llegues a la escuela.

– ¿Por qué? – tomé las llaves de mi auto – estoy a punto de irme.

– Perfecto, no tardes.

– ¿Por qué tanto misterio? – reí, realmente se escuchaba entusiasmada.

– Nos enteramos que se nos unirá un chico nuevo. – expresó con emoción.

– ¿Un chico nuevo en el último año de Universidad? – pregunté extrañada.

– Así es, es sumamente raro, pero lo transfirieron, supongo que ha de tener muy buenas calificaciones para que lograra entrar a último año.

– No lo sé, puede que tengan ciertos contactos.

– Supongo, pero eso no le quita que esté demasiado guapo.

– Tengo que colgar – reí – por favor no lo asustes.

– Por supuesto que no. – chilló.

Conocí a Heidi el primer día de clases. La molestaban porque aún no aprendía hablar muy bien el inglés. Sus padres son coreanos y  tienen poco de haberse mudado aquí, en los Estados Unidos, específicamente en Ohio. Trataba de comunicarme con ella cómo pudiera y hasta aprendí un poco el coreano para que ella se sintiera cómoda. Al final ya sabe manejar el inglés y pudo encajar en algunas costumbres que nosotros tenemos.

– Te estaba esperando, bizcocho – Di un brinco del susto. Si, soy la única que se asusta con cualquier cosa. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no vi a Lindsay recargada en mi auto.

– Estupida me asustaste – soltó una risa.

– Así tienes la conciencia, vamos tenemos que ir a la escuela.

– ¿Te llamo Heidi, verdad? – entrecerré los ojos.

– ¿Qué? No, por supuesto que no...– dijo irónicamente.

– Mientes, también te interesa aquel chico nuevo. – rodé los ojos.

– Tal vez un poco – reímos. Lindsay Foster, es mi otra mejor amiga junto con Heidi. Ella es la más "madura" de nuestro grupo de amigas, aunque también está loca.

Cura mi dolor (Terminada) Where stories live. Discover now