Beginning of the end.

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January.

Si le hubieran preguntado a Bakugō Katsuki cuál era su estación favorita, él hubiese respondido: "Cualquiera que no sea el puto invierno".

Y, a pesar de saber que obtendría una respuesta grosera pero honesta, nadie jamás le preguntó nada al respecto, pues a ninguno de sus conocidos más allá de sus padres le interesaba. A nadie le importaba una mierda sobre él, al parecer, aunque no era como si al rubio aquello le afectara de alguna forma.

Lo que sí le afectaba era el maldito invierno.

Las bajas temperaturas que Japón podía llegar a rozar eran algo que no le hacía ni puta gracia. Los números negativos que aparecían en la pantalla cada vez que alguna mujer hueca hablaba del clima en la televisión lo ponían de un mal humor casi inhumano. Asimismo, la nieve que caía sobre él cada vez que salía a la calle y la extrema necesidad de cubrirse con algún grueso abrigo para resguardarse del clima no eran de sus cosas favoritas.

Durante el invierno, el interior de su nariz se congelaba y sus ojos se secaban, su cabello se caía y su piel se agrietaba. Cada día de aquella estación era una lenta tortura para Bakugõ, en especial porque limitaba su quirk y le hacía sentirse desprotegido, a la deriva.

Se enfundaba en capas de ropa tales como camisetas de manga larga, suéteres y chaquetas, guantes, bufandas y gorros, mas nunca lograba alejar aquella horrible sensación helada que se metía por cada uno de sus poros, atravesándole la piel y jodiendo sus huesos.

En invierno, sin importar qué hiciera, no podía sudar, no podía defenderse como siempre. Sus manos siempre congeladas y su calor corporal tan bajo que era casi nulo le impedían desenvolverse como de costumbre.

En invierno no servía, eso pensaba. Cuando fuera un héroe profesional no podría verse detenido por algo así. Tendría que ocuparse de su desfavorable situación cuando antes.

–No estás rindiendo como se debe –le había dicho Aizawa luego de que las dos semanas del receso de invierno finalizaran–. De hecho, estás peor y más decepcionante que cuando te fuiste a casa.

Aunque no era nada que no supiera, obviamente, él había estallado en una rabieta que duró unos pocos minutos. Debido al maldito invierno, Bakugō había sido incapaz de dar todo de sí, tanto en las clases como en su vida cotidiana.

Levantarse de su cómoda y cálida cama cada mañana era la más grande lucha para Katsuki durante esa época. Salir de su habitación y soportar a sus compañeros y profesores era sin duda una misión imposible que, para su desgracia, se veía obligado a realizar.

–Debes entrenar –le dijo Aizawa inmediatamente después de rebajar sus habilidades–. Quizá este año puedas conseguir la Licencia Provisional.

Luego le dio un pedazo de papel razgado donde ponía, con una letra chueca y algo caída, que él le daba permiso de utilizar la sala beta todo lo que quisiera; con la única condición de que no estuviera solo. Y él no había tardado mucho en pensar una solución, por lo que sin vacilar caminó directamente hacia la habitación del que se autoproclamaba su mejor amigo.

–Mira, sé que esto no te va a gustar –le advirtió Kirishima cuando le contó acerca de su reciente charla con Eraser Head. Bakugō rodó los ojos, mas dejó que su amigo siguiera hablando–, pero... he estado hablando con Todoroki y me enteré de que esta época no es especialmente buena para él. Además, él tampoco tiene su licencia –explicó, para luego soltarle lo que para sus oídos era un disparate–. Quizá deberías ofrecerle entrenar contigo.

Winter↬BakuTodo.Where stories live. Discover now