Orgullo de Serpiente 1: Una Luna para Theo

Capítulo 2

La segunda parte.

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9 septiembre 1998.

Oficialmente era un acosador. Suspiro con frustración. Ahora no sabía cómo debía disculparse; la vio buscando algo en unos arbustos; posiblemente la misma plaga de la otra vez, o tal vez no; con ella no se sabía. ¿Qué debería decirle?

Inspiró y tomó camino hacia ella. Pero a último momento se giró y de devolvió.

¿Qué le decía?

Cuando pidió consejo sobre qué hacer, Pansy había enarcado su, como siempre, perfecta ceja negra y se rio porque él considerara disculparse. Blaise solo levantó los hombros argumentando que no era él quien la había ofendido. Y finalmente Draco, fue directo: Largo, no es mi problema.

No estaba acostumbrado a disculparse; pero consideraba que era lo que tenía que hacer, Luna los había ayudado más de lo que tenía obligación; y encontraba terriblemente inadecuado, solo pagarle con dinero, y además cerrar con una ofensa.

La miró de nuevo; tenía que hacer, aspiro aire y valor; y tomó de nuevo camino, esta vez no se detuvo.

—Lovegood, —de nuevo la llamó por su apellido. Ella se giró y lo miró, pero no dijo una sola palabra. —yo...—cerró la boca sin saber que decir, el hecho de que ella lo mirara con tranquilidad no mejoraba la cosa. No había rastro de rabia, castigo o un gesto ofendido. Ella simplemente había tomado con tranquilidad que él no estaba cómodo con ella hablando. De nuevo se sentía un imbécil. —Lo siento. —esperó, pero ella solo ladeo la cabeza, diciéndole sin palabras que no entendía. —No era mi intención que no hablaras, es solo —respiró de nuevo frustrado —realmente no sé cómo mantener una conversación contigo. —siguió sin hablar. —no quiero que todo se vuelva incomodo porque no te entiendo. —Eso no estaba mejorando — ¡Di algo Luna!

—No sé qué decir, —su voz fue suave como siempre —no puedo hablar del modo que ustedes quieren. — lo miro a los ojos, parecía sonreír un poco. —tampoco sé cómo mantener una conversación contigo. —entonces había vuelto a buscar lo que sea que buscara en los arbustos. Bien, habría que intentar de otro modo, suspiró decepcionado, entonces la observo curioso.

— ¿Son los Chizpurfle? —él se acercó interesado.

—Sí, no puedo creer que sean tan escurridizos sin pociones —ella fruncía el ceño, pero parecía más producto de la concentración que de la frustración.

—Y la enfermera cayó en tu trampa. —ella asintió sin mirarlo, parecía convencida de que estaban ahí. — ¿puedo ayudarte? —esta vez lo miró con los ojos ligeramente abiertos, parecía haberla sorprendido.

—Claro. —entonces su sonrisa regreso.

—Bien, hagamos un plan. —sonrió extrañamente emocionado; hacía tanto su vida era complicada que perseguir una plaga, era bastante normal.

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10 septiembre 1998.

Luna no quería atrapar a los malditos Chizpurfle con magia. No sabía por qué; pero, si eso era lo que quería, así sería.

—Bien, —ambos estaban escondidos en otros arbustos. Según Luna había un total de 6 de esas criaturas. Lo suficiente para ser un problema, pero no tantos para ser del todo una plaga. Por eso se había atrevido a querer capturarlos con ideas muggle. ¿Por qué? Ni idea. —aquí están las trampas, estas son usadas para ratones —señaló las que habían, tenían como carnada, algunos dulces rellenos con restos de pociones. Siendo atraídos por los objetos mágicos, serían difíciles de resistir.