ㅣㆍOne-shots ㅡ ÉliteCraftㆍㅣ

ㅣㆍMi verdadㆍㅣ

ㆍShipp: Ceci x Gonaㆍ

ㆍ¡Esto es un one-shot basado en una canción de Ana Tijoux!ㆍ

Cuando nací, nací para morir a corta edad, en uno de los peores vecindarios de la ciudad y con tan poco dinero que ni siquiera alcanzaba para la comida.
Por mi piel morena los de arriba, aquellos de mejor clase social decidieron borrar mi identidad y dejarme en nada a la vista del estado, pero a pesar de sentirme pisoteada por toda la sociedad no pude hacer nada, después de todo yo nunca fuí nadie.
Me volví fuerte por la necesidad de mantenerme con vida, poder resistir en  completa soledad.

Estuve sola desde muy pequeña; fui el "hombre" de la casa a muy temprana edad, porque ese hombre que no se merece ser llamado padre se fue de la casa cuando a penas era un bebé. A mi madre en cambio, jamás le importé pero se quedó ahí y se hizo cargo de mí hasta que se cansó completamente.

Desde que nací sentí esa necesidad de algo más. Así que cuando mi mamá me echó de casa decidí vagar por las calles en busca de un destino y sin darme cuenta mi corazón descalzo se perdió en la ciudad, era un alma libre e independiente, un alma que está siempre en viaje sin un destino decidido. Las suelas de mis viejos zapatos estaban cada día más gastadas por tanto caminar. Gracias a eso, aprendí de la vida, la calle y su soledad. Aprendí lo dura que es la sociedad y cómo somos despreciados y apartados aquellos que no tenemos un buen apellido, un buen marido o grandes oportunidades.

Todo lo que tengo desde entonces es mi propia verdad porque no conozco nada más, ella siempre me acompaña.

¿Qué debo hacer cuando mi verdad me falló? Ahora, por culpa de mi verdad tres chicos me rodean en esta desolada calle para golpearme y yo que soy solo una, no puedo hacer nada más que recibir los golpes e intentar luego seguir con mi vida.
Un golpe, dos golpes, tres golpes, me recuerdan a los que mi madre me daba al culparme de que ese hombre se hubiera ido.
Cuatro golpes, cinco golpes, seis golpes, me comencé a sentir un poco mareada pero soy capaz de soportar.
Siete golpes, ocho golpes...
Pero el noveno jamás llegó, así que levante mi mirada y esos chicos ya no estaban ahí, ahora en cambio había otro chico vestido con una chamarra roja y una mascara curiosa que cubría su identidad por completo.
Esperé algún tipo de agresión por parte de el nuevo sujeto.
Sin embargo jamás me llegó algún golpe, en cambio ví como extendió su mano en mi dirección queriendo ayudarme en mi labor de pararme.

ㅡLevántate...ㅡDijo con una voz difícil de describir, no era muy grave ni tan aguda, llegaba a sonar casi inofensiva. La calle me ha enseñado a jamás confiar, pero sentí que debía hacerle caso.
Me levanté con su ayuda y decidí pedirle algún tipo de respuesta.

ㅡ¿Por qué me ayudaste?

ㅡMi grupo te ha visto varias veces metida en peleas y líos de este sitio, pensé que era buena idea venir yo mismo a buscarte, ví que estabas en peligro así que ayudé.
¿Cuál es tu nombre?ㅡPor primera vez en mucho tiempo alguien me trató sin ningún tipo de violencia.

ㅡMi nombre es Cecilia.

ㅡ¿Sin apellidos?

ㅡSin apellidos.

ㅡVaya...ㅡRetiró la mascara de su rostro dejando ver una barba bien cuidada de color negro, que encajaba con sus ojos color avellana. ㅡMi nombre es Gónzalo, me conocen por aquí como Gona, también sin apellidos.