— ¿Por qué me miras así Manuel?
— Ehm... No, nada...
— Dime, ¿tengo algo? ¿Salsa de tomate?
— ¡No! - dijo riendo. - Sólo es que...
— ¿Que qué? ¡Dimeeee!
— Eres muy linda hoy, Bia.
— Owww, es demasiado lindo Manuel. Tu también eres guapo.
— Hay... hay otra cosa...
— Vamos, dime. Puedes confiar en mi.
— Es... estoy enamorado...
— Oh...
Mi corazón empezó a latir muy fuerte. Yo también estaba enamorada... De él... Y la idea de que podía estar enamorado de otra persona me dolía, mucho más de lo que debería...
— Es muy bien Manuel... ¿De quién?
— De una bresiliana, cabello castaño, ojos marrones, linda sonrisita con una voz increíble. Le gusta la bicicleta como sus dos mejores amigas. Dibuja como una profesional. Oh, y, creo que se llama Beatriz... ¿La conoces?
No lo podía creer. Manuel estaba... ¿enamorado de mi?
— Si, creo que si, la conozco Manuel. Y esa chica también te ama, ¿sabes?
— ¿De verdad?
— Si, Manuel, te amo...
— Yo también te amo, Bia.
Sin esperar un segundo más, me besó, y fue el momento más mágico de toda mi vida.
