Lo que esconden mis ojos

No creí encontrarte.

No llegue a pensar que esto pasará, supuse que todo sería platónico,
tanto lo creí que, cuando llegaste no me di cuenta o por lo menos no quise hacerlo.
Ilógico pensar que esto podría ser verdad, real, pero me sorprendió el destino, te puso en mi camino y yo no me lo creí. Pensé ver un espejismo, una dulce luz que a mí paso caminaba, tan suave, tan cálida.
No creí encontrarte. Ni siquiera sé si lo merezco, después de tanto, después de todo.
No creí encontrarte.
Tampoco quise darme cuenta, me haría falsas ilusiones, caería de nuevo en el pozo al que todos llaman amor y eso, eso no podía permitirmelo pero... no tengo elección.
Mis sentimientos por ti florecen, eres como el sol, como el agua, una necesidad. Tan solo pido una sonrisa al día, verte, aunque sea en la distancia. Sé que es extraño, hasta a mí misma me lo parece. Llega el punto en el que incluso me avergüenza hablarte, podrías pensar que soy una pesada, que estorbo o molesto. Me avergüenza incluso rozarte, podrías creer que me aprovecho, que sobre paso la confianza que aún no tenemos.
Me avergüenzo también de mirarte, de observar eso lindos ojos que parecen tener planetas, cometas y puede que estrellas. Esos ojos tuyos que tienen luz propia, que iluminan tu sonrisa, cada poro de tu rostro que parece porcelana, que parece frío mármol, que se siente un poco muerto, un poco roto, un poco hueco.
Podría desear y deseo que al ver una sola sonrisa tuya, vivieras el momento desde mi punto de vista, desde mi perspectiva. Y así consiguieras ver y creer, que eres vida y no muerte, que es belleza lo que posees, que tú corazón late fuerte, armonioso y melódico, que hasta tu voz parece un canto, que tú vergüenza es un encanto, que tu pelo es hermoso, que te pongas lo que te pongas o hagas lo que hagas, tú, tanto por dentro como por fuera, eres para mí...toda perfecta.