¿Se ha tomado una decisión?

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Hace unos meses, se había producido una gran batalla en una granja a las afueras de la ciudad, entre los pervertidos y belicosos, goblin que combatieron contra el gremio de aventureros, esto fue gracias al Goblin slayer, que preocupado por la granja y sus habitantes, contrato al gremio de aventureros, incluso creo una estrategia, utilizando la  experiencia que había acumulado durante sus misiones. Ahora todo estaba en calma en el gremio de aventureros, y hacia unas cuantas semanas atrás, que no había un pedido que involucrarse a los goblins, y a pesar que el Goblin slayer, había hecho otros tipos de trabajos, aún extrañaba máscara a goblins.

Goblin slayer, estaba de vuelta de unos de sus misiones, que había realizado junto con su grupo de confianza, el Lizerman, el Enano, la elfo arqueras y la sacerdotisa. El quintero al entrar al gremio, para cobrar la recompensa y escucharon la conversación entre la recepcionista, y dos chicas, una era una sacerdotisa y la otra tenía una túnica y capucha, que ocultaba su identidad.

El grupo, decidieron esperar a que la recepcionista, terminase de hablar con las chicas, estaba esperando hasta que el guerrero de vieja armadura y un casco con un cacho roto, escucho la palabra goblin.

—Iré a ver, que sucede—El Goblin slayer, se acercó a las chicas.
«Creo que volveremos, muy pronto a otra misión» pensó la joven sacerdotisa

El Goblin slayer, se puso atrás de las chicas y tomo la carta de las joven, sorprendiendo a las recién llegadas, y se puso a la leer el mensaje que tenía la carta.
—Ha, goblin slayer—la recepcionista, observó al tipo de armadura con una sonrisa.

La luchadora, miró de reojo al tipo, se dio cuenta que aquella persona, era el tipo que le rescato de los abusos de los goblin. La sacerdotisa de pelo rojizo, se sorprendió al ver la armadura del tipo, parecía que aquella armadura había sobrevivido a varias incursiones e incluso había sido reparado algunas cuantas veces.
Al mirar con más detención al sujeto, la joven sacerdotisa, se fijo que llamativo identificador plateado, una cosa que sabía la sacerdotisa de pelo rojizo, es que aventureros identifica su rango por los identificadores, también sabía que el rango menor era porcelana reservado a los novatos y el mayor era platino que era pata los grandes héroes, aquellos que han logrado acabar con un mal mayor, los plateados se consideraban aventureros veteranos.

—Ya veo—El Goblin slayer, le devolvió la carta a la joven sacerdotisa y agrego mirando a la recepcionista—Tomaré el trabajo.
—Goblin slayer,  vienes de otra misión—Le comento la recepcionista al Goblin slayer— Creo que primero deberías cobrar tu recompensa.
Goblin Slayer, estuvo de acuerdo con la recepcionista y pidió a las monja y a la luchadora, que lo esperase afuera, las dos aparecida, estuvieron de acuerdo y salieron del gremio, esperando que el aventurero terminase sus trámites, mientras estaban esperando la joven sacerdotisa, se dio cuenta que la luchadora, estaba actuando extraño, como si quisiese evitar que la mirase.

—¿Algo, te da vergüenza, cierto?—Preguntó la joven sacerdotisa, mientras se subía a la carreta para ajustar las cuerdas.

La luchadora, sólo se quedó callada, no quería responder aquella pregunta, este indicio que la sacerdotisa noto, hizo corroborar los pensamientos de la pelirroja.

«Di en el clavo», pensó la sacerdotisa.

En ese momento, salió del gremio el Goblin slayer, junto con cinco aventureros más, la sacerdotisa, pudo observa que aquellas personas eran de razas muy variadas, y muy difícil de juntar, un enano, un Lizerman, y una chica elfo, a parte de aquellas personas estaba una sacerdotisa, de reojo observó que la joven luchadora, la cual estaba apoyada en la careta, desvío su vista al otro lado, cuando observó a aquella sacerdotisa de pelo rubio.

«Creo, que debo hablar con ella, sobre su relación con aquella sacerdotisa», pensó la pelirroja, con una sonrisa en su rostro.

«Me siento avergonzada, al ver que aún ella está en el gremio, y yo que estoy haciendo, lamiéndome mis heridas, como un animal», pensó la joven luchadora, apretando sus diente con mucha furia a sí misma, y frustración por aún tener miedo a los goblin y volvió a pensar, “Al final, ella resultó ser más fuerte que yo»

La sacerdotisa de pelo rubio, observó a la chica de túnica y capucha, la cual trataba de esconder su rostro, por alguna razón le parecía familiar.

«Parece, que es aquella luchadora, que tuve como compañera la primera vez que salí en una misión», pensó la joven sacerdotisa pelo rubio y volvió a pensar, «Si es ella, me gustaría disculparme»

La pelo rojizo, explicó a Goblin slayer y a su compañero, sobre la misión, mientras ellos subían a la carreta.

—Bien, vámonos—Exclamó la pelo rojizo, cuando observó que la ex aventurera, se había subido a lado de ella.

La carreta, empezó su recorrido hacia el templo. Después de una media hora y ya en el camino, la pelirroja, curiosa le pregunto a la joven aventurera retirara, sobre su relación con la sacerdotisa y el sujeto con armadura vieja, por algunos momento la ex aventurera, se quedó callada, pero vencida, tuvo que explicar su relación.

—La sacerdotisa, fue una de mi primera compañera, ella y yo sobrevivimos en aquella misión, gracias al tipo d con armadura. La sacerdotisa y aquel sujeto, me salvaron de los goblin—Le contesto la ex luchadora, que empezó a soltar lágrimas al recordar aquel suceso.

— Lo siento, por hacerte recordar aquel momento—La pelirroja, se dio cuenta que había hecho que la luchadora, volviese a recordar aquel suceso.

—No tienes por qué disculparte, yo debo ser más fuerte—Le contesto la luchadora, ha la sacerdotisa con una pequeña sonrisa en su rostro.

La joven sacerdotisa de pelo rojizo, miró a la luchadora con una sonrisa en su rostro, estaba feliz de ver que aquella luchadora, quería cambiar.

Cuando la carreta, llegó al frente al templo, el grupo de aventureros, la sacerdotisa y la aventurera retirada, bajaron del vehículo a fracción animal. Al bajar la sacerdotisa de pelo rubio, se fijó en la joven callada de túnica y capucha blanca, la cual había bajado y se encaminó junto con la sacerdotisa pelirroja, hacía el templo, la pelo rubio, pensó que podía echar un pequeño vistazo a la cara de aquella chica, para averiguar si era aquella luchadora.

Cuando el grupo de aventurero, se encaminaron para alcanzar a la pelo rojizo, la sacerdotisa, aprovecho para disimuladamente ver la cara de la encapuchado, la cual darse cuenta que la sacerdotisa la observaba, bajo su mirada, para ocultar su rostro, pero ya había sido identificada por la sacerdotisa.

«Es ella», pensó la sacerdotisa de pelo rubio y suspiro con cierta alegría, luego pensó, «Es bueno, que esta bien, eso me da alegría, además debo aprovechar para pedirle disculpa»

Cuando el grupo de siete personas, entraron al templo, la sacerdotisa de pelo rojizo, pidió al grupo que esperase en la entrada, ya que ella iba a traer a la sacerdotisa superior del templo, la joven, fue a buscar a su superiora, dejando el grupo y a la ex aventurera, en aquel lugar, esperando la llegada de la sacerdotisa de alto rango.

Mientras pasaban los minutos, un extraño ambiente se sintió en aquel lugar, la luchadora, no sabía que hacer, quería volver a su pieza, para evitar posibilidades de preguntas sobre ella de parte del Goblin slayer o la sacerdotisa, pero algo la detuvo, no sabía porque, pero decidió quedarse esp debía quedarse en aquel lugar, la joven sacerdotisa de pelo rubio, se acercó, para poder hablar con la luchadora.

—¿Disculpe?—la sacerdotisa rubia, le preguntó a la joven luchadora.

La luchadora, al escuchar que la sacerdotisa, le había hablado, quedó inmóvil con miedo, no quería hablar con ella, no creía que fuese él momento más apropiado, la chica pidió a los dioses, que le sacarse de esa situación, y en esos momentos los divinos de aquel mundo, escucharon sus plegarias o sólo por coincidencia, pero antes de que la sacerdotisa, pudiese hacerle una segunda pregunta, llego la sacerdotisa superior de aquel templo, junto con la pelirroja.

—Gracias por esperar, esta es la superiora del templo—la sacerdotisa pelirroja, presentó a su jefa.

—Mucho gusto, estoy agradecida por su ayuda—agradeció la mujer y agrego—En mi oficina podemos hablar mejor—Le dijo sacerdotisa de mayor edad.

El grupo, siguió a la sacerdotisa superiora, y a la sacerdotisa de pelo rojizo, la luchadora, por ordene de la superiora, volvió a su cuarto.

Ya en su cuarto, la aventurera retirara, pudo acostarse en su cama y observar el techo, en su pensamiento estaba aquella sacerdotisa de pelo rubio.

“Parece que tenía razón, ella se ha vuelto más fuerte”, pensó la luchadora, y volvió a pensar, “Y yo me he vuelto debil”

—Jaja, te has dado cuenta de la realidad—se escucho la voz del ser grotesco que siempre la molestaba—Lo demás se ha vuelto más fuerte, mientras que tu te has vuelto tan débil.

—Cállate, deja de molestarla—se escucho la voz de la mujer, que trataba de alentará, la cual agrego con un suspiro—Aunque tiene algo de razón, aquella sacerdotisa, ha superado aquel miedo que tuvo, y ahora aún sigue su camino, tu deberías tratar de sacarte aquel complejo de inferior y aquel trauma, y pensar en volver al gremio, enfrentarte a aquella cosa que te da miedo, en la única forma de superar tu traumas.

La joven luchadora, se quedó callada y encontró razón en la palabra en la voz femenina, debería volver ak gremio, volver hacer aventurera, ¿pero como podía volver?, ¿cómo lograr salir de aquel cuarto, que por ahora era su fortaleza?, el único lugar que era segura para ella.

—Debería empezar, por hablar con aquella sacerdotisa que te salvo—Le recomendó la amable voz.

—Mejor quédate en este sitio, y lamentándote como toda las demás, es tu mejor solución—le aconsejo la voz del grotesco ser y agrego—Tal vez con el tiempo, salga del templo y te consigas un esposo, así puedes vivir protegida y dedicarte a lo único que puedes hacer, o un trabajo como mesera o aun más bajo, un trabajo que te hagas sentir como los goblin te hicieron sentir, humillada y en el suelo, como la escoria que eres.

La luchadora, escucho la risa de aquel ser grotesco, y se tapó sus oídos, mientras repetía, una y otra vez, cállate, déjame en paz.

—Jaja, no puedes huir de lo que ahora eres, deberías entregarte a los goblin y cumplir con tu nueva función, ya sabes ser madre de varios goblin, y después alimento de ellos, será divertido ver como juega con tu cuerpo—carcajeo el ser molesto.

—Cállate de una vez, maldito—la voz fuerte de la luchadora, se escucho por la habitación y mirando con fuera al grotesco ser—No quiero terminar de esa forma, quiero volver a ser aventurera, y cazar a todas esas malditas bestias, para evitar que haya más personas como yo, evitar que haya más mujeres con mis traumas, quiero que las sacerdotisas de esta iglesia, trabaje menos, por causa de los goblin.

—ja, espero que te pudras en una cueva, siendo juguete de los goblin, y que tu esqueleto siga siendo profanado por los goblins, chica grosera—Se notaba en la cara del grotesco, una ira y una risa malvada.

La mujer amable, le sonrió a la muchacha con felicidad y le dijo que esperaba que cumpliese sus metas y que aunque tal vez no pueda curarse al completo de su trauma, pueda vivir con el y usarlo como una ventaja, para cumplir con sus sueños.

Los dos seres volvieron a desaparecer, dejando una pequeña calma en el alma de la luchadora.






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