HERÓNIMO
Toda la extensión del campus es un océano de estudiantes.
Por la mañana con sol a pleno desde el cielo despejado brindándote su calor, está poblada de masa estudiantil en su break o hora de descanso.
Sea el predio deportivo, una la extensión parquizada que posee o hasta los mismos edificios con sus pabellones de carreras correspondientes, hace que mire la totalidad de los casi 360 grados que me rodea, deteniéndome de mi caminata por uno de los senderos.
Buscando a Gaspar entre el gentío.
Pero, nada.
Absolutamente no hay indicios de él en cada estudiante que veo caminando solo o acompañado.
Ni si quiera en los descansos como reparo con su sombra, bajo los árboles en grupo o no.
Y hasta internándome en su edificio y subiendo los primeros escalones de su entrada principal.
Con Gaspar somos conocido gracias a luchas clandestinas siendo él, mi patrocinador y yo el que golpea.
Lo que no me dificulta cuando detengo a un par para preguntar si lo han visto.
Pero la negativa de sus caras y siguiendo sus rumbos dándoles las gracias, provoca que algo fastidiado y con la sería posibilidad de patear sus pelotas por hacernos esto y preocuparnos con su desaparición, tome asiento en dichos escalones sin saber que hacer, pero con la alternativa tras chequear la hora y faltando tiempo para mi clase.
De esperar ese puto tiempo en su pabellón hasta que milagrosamente aparezca.
Recoloco mejor mis lentes en el puente de mi nariz, seguido de un resoplido y apoyando aburrido mi barbilla en un puño, sobre otra pregunta a otro grupo de estudiantes de su clase si saben algo de su paradero, que nuevamente me niegan.
Pero qué, pendejo si no viene.
Maldigo para mis adentros, volviendo a mirar a la nada.
Ok.
No a la nada.
Focalizo a la distancia y para matar el aburrimiento, a un grupo de chicos.
Creo, a senior de la U y de una de mis carreras.
La de Ingeniería civil, pero un par de años más grandes que yo.
Tal vez la edad del jodido de mi amigo.
No lo sé.
Pero sentados sobre la mesas del campus y otros en las banquetas que lo acompañan, se dedican a bromear entre sí.
Mirando a uno en particular.
El que está despreocupado y como si nada, arriba de la mesa con su trasero sonriente y alegre.
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Herónimo Vincent Mon, mi origen®
RandomMi historia. Desarrollada muchos años antes de los eventos actuales, cual me conocieron. Mi adolescencia y juventud. El inicio de un fin para decirlo de alguna manera, con el nacimiento de mis horas más oscuras. Vas a reír. Me vas amar. Te vas a emo...