Poesía de fin de década

Oda a las torres de las catedrales

Idolatro las torres de las catedrales porque el cielo flota entre ellas.

Forman íntimas sociedades con la bóveda celeste,

conocen como nadie la aurora y lágrimas del agua celestial.

Brújulas de piedra y cantera, indican el camino con reflejos de campanarios,

fieles faros anónimos, cosquillean el firmamento.

Extremos de azulejos con aristas cardenales, el cielo respira sobre sus nucas.

Primeros en atisbar el crepúsculo del amanecer;

años tomó darles formas divinas; imposición de piedra.

Pórtico del cielo.