La ventana Indiscreta

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Paulo había tenido uno de esos días que como mínimo, debía considerarlo Caótico. Había asistido a una presentación de sus cuadros, cumplido con la asistencia a diversos eventos de beneficencia, dejarse fotografiar con personas que no conocía, todo en nombre del arte. Ahora al fin, en su departamento podía colocar su silla de ruedas frente a la ventana. Detrás de él, se hallaba su único confidente, éste apoyado en el atril, era un lienzo, sin tocar, esperando hacer pintado por primera vez. Uno de los pasatiempos que más le entretenían era ver con su pequeño telescopio las ventanas del edificio del frente. Esa noche pudo ver a una mujer que se veía al espejo, ella se sacó la ropa muy despacio, luego se subió a un taburete para contemplar mejor su figura. La mujer era blanca como el mármol, sus pechos cuando los tocaba, asemejaban hermosos duraznos tersos y duros, de echo en un momento se los apretó como si quisiera sacar algún tipo de néctar de ellos, luego se puso de perfil y pudo con sus ojos recorrer su espalda desde el cuello hasta el coxis, palpo sus nalgas, estas eran firmes, y al cachetearlas casi no se movían. Se Voltio al frente y luego de acariciar su sexo, descubrió que le agradaba, se bajó del banquito y se dirigió a la ducha, Paulo podía darse cuenta porque de la ventana de ventilación del baño, salía ese hermoso vapor, Espero unos minutos y la volvió a ver, era simplemente hermosa se puso un salto de cama, sobre su hermoso cuerpo y se dirigió a su habitación, mientras apagaba las luces y unas velas encendidas en el dormitorio delataban su presencia. Paulo suspiro, dio la espalda a la ventana y tomando un poco de pintura con su pincel se decidió a retratar a esa hermosa mujer.

Minutos después sonó el timbre de su departamento...

La ventana indiscretaWhere stories live. Discover now